Retrato del Capitán José María Salcedo.
¿Cuántos
sabrán en nuestros días que el encargado de construir el monitor
"Huáscar" y traerlo a territorio peruano como su primer comandante, fue
nada menos que un capitán un chileno? En tiempos donde existen tantos
afanes de revisar la historia de la Guerra del Pacífico, generalmente
más desde las ideologías o las pasiones que desde el verdadero aporte de
datos que han pasado poco advertidos, su nombre y su interesante rol
antes del conflicto sigue siendo de conocimiento más bien restringido,
casi olvidado, y su historia vaga dispersa por distintas fuentes.
José
María Salcedo nació en Concepción, el 16 de noviembre de 1809. Era
nieto del funcionario realista don Manuel Salcedo, natural de Vizcaya
llegado a la ciudad penquista, donde ocupó el cargo de Comisario General
muriendo en 1762. Su padre fue el oficial de Dragones don Antonio
Salcedo y Ugalde, miembro de la Caballería del Ejército con
participación en las fortificaciones de Corral y las campañas contra los
levantamientos pehuenches. Su madre era la chilena Margarita Carvallo,
también de Concepción.
Las
ideas realistas de su padre y su lealtad militar a la corona tras ser
ascendido a Capitán General, en 1810, llevaron a la familia a emigrar a
Perú hacia el año 1818, cuando se consumaba la Independencia de Chile.
Ahí comenzaría su vínculo con el país incásico y una historia de vida
que mantendría su corazón dividido entre dos banderas.
Poco
le quedaba de vida monárquica al Virreinato del Perú, por supuesto,
pero lo peor que podía ocurrirle a la familia no fue la política, sino
el fallecimiento de don Antonio en 1820, que dejó a su viuda en una
difícil situación de subsistencia. Así, hacia los días en que San Martín
pretendía instalarse como rector vitalicio de Perú antes del arribo de
Bolívar con ideas no menos controversiales, José María debió ser
internado en la Escuela del Servicio Naval de Perú con sólo 13 años,
ingresando como grumete hacia el año 1822. Con sólo 15 años, participará
después de la victoria de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824.
Alcanzando
ya el grado de guardiamarina, había hecho cierta amistad con el General
Naval don Juan de la Cruz Goyeneche, a pesar de la diferencia de edad.
De la Cruz también era oriundo de Concepción y se hallaba en Perú
enviado por O'Higgins como Director General de Marina para ayudar a la
organización de la escuadra, labores en las que fue premiado con el
grado de Mariscal. Salcedo, en este período, sería asignado en el cargo
de ayudante suyo en estas actividades.
Con
el grado de alférez de fragata, don José María tuvo participación en el
resto de las acciones que permitieron resguardar la Independencia de
Perú, comandando navíos como la goleta "Macedonia", y años más tarde las
goletas "Limeña" y "Libertad". Sin embargo, coincidiendo con las
tensiones entre Chile y el Protectorado del Mariscal Santa Cruz sobre su
Confederación Perú-Boliviana, decidió retirarse del servicio de la
marina peruana en 1836 y regresar a su país natal, en donde se dedicó a
actividades de marina mercante sin participar de la guerra. Su
nacionalidad chilena no había sido del todo apreciada en Perú y más de
una vez fue objeto de intrigas y calumnias injustas, influyendo en su
decisión de tan temprano primer retiro.
En
este período se ha casado con doña Carmen Urmeneta, también nacida en
Concepción, naciendo de la unión un hijo llamado Antonio Salcedo que
también seguirá una vida de mar en la Armada de Chile. Sin embargo, su
distinguida esposa muere prematuramente. Concluido ya el conflicto y
luego viéndose viudo, entonces, regresa al país del Norte y se reintegra
a la Marina de Guerra de Perú en 1843.
Sería
asignado en la década siguiente por el gobierno de José Rufino
Echenique, para la gestión de compra y supervisión del armado de naves
en Estados Unidos y Europa. Así, en astilleros del Reino Unido adquiere
la fragata "Apurímac" y los vapores "Loa" y "Tumbes". Es la época en
que don Benjamín Vicuña Mackenna lo conoce, en 1853, como comenta en su
crónica "Las dos Esmeraldas: episodios marítimos", llamándole la
atención su forma de hablar propia de los hombres de campo chileno, los
huasos, a pesar de la cantidad de tiempo que lleva viviendo en Perú.
Agrega también que Salcedo le comentó bromeando sobre los navíos de
guerra que se le habían encargado, "que los chilenos, sus paisanos, les quitarían algún día esos buques 'a sombrerazos'".
Por
su brillante desempeño en esta misión y ya ostentando el grado de
Capitán de Fragata, volvió a ser enviado a Inglaterra en 1863 para
encargarse de inspeccionar la construcción y traer las corbetas "Unión" y
"América". Habiendo alcanzado ya el grado de Comodoro, además, don
José María Salcedo iniciaba ya lo que creía iba a ser su segundo y
definitivo retiro de la vida marítima. Por eso vuelve a Chile y se casa
nuevamente a sus 54 años, ahora con doña Emilia Solar de Chillán,
estableciéndose el matrimonio en Concepción.
ROL EN LA ADQUISICIÓN DEL "HUÁSCAR"
Pero
el nuevo tiempo de retiro apenas le alcanzó para alcanzar a contraer
matrimonio, esta vez: la situación diplomática de Perú complicada por la
ocupación de las islas Chincha por parte de la flota española, en abril
de 1864, llevó al gobierno del Presidente Juan Antonio Pezet a pedirle
la urgente reincorporación y cumplir con las instrucciones de partir
inmediatamente a Europa a repetir una tarea en la que ya tiene sobrada
experiencia: adquirir un navío de guerra... El mismísimo monitor
"Huáscar".
Salcedo
parte acompañado del ilustre marino peruano Aurelio García y García,
quien recientemente había sido ascendido a Capitán de Corbeta y también
había viajado ya a Europa, primero con el Almirante Miguel Grau para dar
pie a la construcción de la fragata "Independencia", y ahora para ir a
inspeccionar el avance de las obras en este navío. Como iba en calidad
de subordinado de Salcedo, sin embargo, entre ambos surgió una gran dura
rivalidad profesional y personal que se habría mantenido durante todas
sus vidas.
Tras
recorrer Inglaterra y Francia buscando alguna opción que se ajustara al
presupuesto y las necesidades de Perú, sin embargo, Salcedo no pudo
hallar algo respondiendo a la premura y debió solicitar asistencia del
ministro representante peruano en Londres, don Federico Barreda. Entre
ambos, convinieron en contratar en Birkenhead, Reino Unido, la
construcción de un poderoso y vanguardista navío monitor en el astillero
de la firma Laird & Brothers, tras lograr una rebaja cercana a un
tercio del valor original del proyecto, firmando el compromiso el 12 de
agosto de 1864 con el propio Salcedo como representante de Perú.
Entendía
bien el poder del navío que se está construyendo raudamente ante sus
ojos. En una carta de ese mismo año, que dirige a un amigo de Chile que
podría ser el Coronel Cornelio Saavedra (conocida gracias a una copia
hallada entre los archivos de Ambrosio Rodríguez), dice Salcedo
profesando el desprecio que sentía por los españoles en ese instante:
Si
a mi llegada al Pacífico hubiese aún cuentas que arreglar, con el
Huáscar solo, yo emprenderé contra los cinco sarracenos de las Chinchas,
seguro del buen resultado.
Mientras
esto sucedía, y en una decisión que hasta ahora sigue motivando
reflexiones y críticas, Chile corrió a asistir a Perú intentando armar
un frente regional de defensa contra la flota española y declarándole
directamente la guerra a la Península, a causa de la histeria que cundió
entre americanistas como el propio Vicuña Mackenna, creyendo que se
trataba de un intento de "reconquista". Sería un costo elevado el
triunfo sobre España, además, porque el indefenso puerto de Valparaíso
fue destruido a cañonazos por la flota hispana al mando del Almirante
Pareja, en 1866, en un acto totalmente reñido con las restricciones de
guerra y sin que alguno de los buques extranjeros que podían bloquear
tamaña salvajada se involucrara.
Sin
embargo, al ver la deslealtad de la autoridad de Perú con un Chile que
había hipotecado su suerte por defender al vecino país y frenar la
imaginaria "reconquista", algo sucede en la intimidad emocional de
Salcedo cuando se entera de que el Presidente Pezet ha llegado a un
acuerdo con Pareja para no involucrar a su país en la guerra entre Chile
y España, como si se tratase de un conflicto ajeno. Al respecto, esto
recuerda Vicuña Mackenna:
En
una carta posterior del 16 de agosto de 1865, refiriéndose a noticias
positivas que había recibido Salcedo agregaba: "Se sabe que hay un
compromiso solemne (de Pezet con Pareja), por el cual el Perú no tomará
parte en la cuestión con Chile. ¡Qué tal pago el que se espera!" En esa
misma carta el capitán Salcedo se daba el placer de llamar a su
presidente Pezet "un zamarro baboso".
Salcedo,
sin embargo, poco puede hacer, salvo seguir cumpliendo la misión
encargada. Publicará sus memorias e impresiones sobre estas aventuras en
el trabajo titulado "Exposición que José M. Salcedo hace a sus amigos,
relativa a su conducta observada desde el 14 de abril de 1864, día en
que tuvo lugar la toma de las Islas de Chincha por la Escuadra
Española", en 1867.

Pintura del "Huáscar", aún con bandera peruana.
PRIMER COMANDANTE DEL MONITOR
La
actitud poco decidida de Pezet y su debilidad ante la escuadra
española, habían dado la excusa a las fuerzas "restauradoras" para
derrocarlo, lideradas por Mariano Ignacio Prado, quien asumió la
dirección suprema en 1865 bajo régimen dictatorial. Una de sus primeras
acciones fue escribir una carta a Salcedo dando urgencia al inicio de
los trabajos del "Huáscar", casi en momentos en que la "Independencia"
iba a salir ya del dique y se se preparaba ya para ir hacia Perú en una
acción que debía hacer conjuntamente con el monitor, pues éste no tenía
suficiente autonomía de carbón para venir solo atravesando el Atlántico.
El marino chileno acusa recibo y se recarga de trabajo, modificando
incluso los planos originales del monitor para hacerlo menos expuesto a
los abordajes y agregarle cañones de en proa y popa... Irónicamente, son
los mismos cañones que después se dispararán contra Chile en la Guerra
del Pacífico.
Es
justo la época en que Pareja ha dado el ultimátum de septiembre de 1865
a Chile, exigiendo once peticiones específicas de desagravio, cuyo
incumplimiento se castigaría con el bombardeo a Valparaíso. Mas, los
papeles se habían invertido ya, desde que Chile declaró la guerra a
España antes que lo hiciera Perú, y después se enviara a Domingo Santa
María en misión para salir de este entuerto bélico pidiendo asistencia
del propio país que había sido socorrido, por absurdo que suene. Ahora
no son sólo las autoridades peruanas las que ruegan a Salcedo
apresurarse con el "Huáscar", sino también las chilenas, a través de
cartas enviadas por Manuel Montt y Manuel Bulnes, entre otros.
Ninguna
insistencia cambiará los plazos razonables de trabajo, sin embargo.
Sólo el 17 de octubre de 1865 el "Huáscar" es botado en el mar. Salcedo
parte velozmente al mando, con instrucción de hacer la trayectoria
estrictamente necesaria y eludir los embargos españoles. En tanto, la
corbeta "Esmeralda" de Chile capturará al navío español "Virgen de la
Covadonga" en Papudo, el 26 de noviembre, en un combate entre los mismos
dos buques que protagonizarán años después la epopeya de Iquique-Punta
Gruesa. Estas buenas noticias alivian la angustia del Presidente Prado
quien, por fin, se atreve a declararle la guerra a los invasores
españoles ni bien concluye el encuentro de las flotas de los dos países
contra los hispanos en el Combate Naval de Abtao, en febrero de 1866.
Mientras,
el Capitán Salcedo debe eludir los intentos de dar cumplimiento a
órdenes de arraigo y embargo solicitadas por España, y huye con el
"Huáscar" hasta Brest, Francia, esperando cerca de un mes más a la
"Independencia" para poder venir con ella hasta puertos americanos.
Desgraciadamente, la espera fue demasiada y los franceses no le permiten
zarpar cumpliendo el arraigo. Salcedo se indigna con la actitud de
indiferencia y la falta de compromiso de García en la "Independencia",
que parece incólume a la situación de su patria mientras disfruta de una
vida de lujos en Londres. Tras discutir acaloradamente, poniendo de
seguro en la balanza tanto sus profesionalismos como sus egos, Salcedo
se jugará el todo por el todo y, desafiando a las autoridades francesas,
zarpa en fuga con el "Huáscar" el 27 de febrero, con todas las luces
apagadas, obligando a García y la "Independencia" a secundarlo.
Lamentablemente,
son descubiertos y les abren fuego de cañones desde los fuertes de
puerto, así que ambas naves debieron sobreexigir las calderas
recalentando motores en el escape. Siendo el "Huáscar" el que iba
adelante, su ingeniero se asusta ante la posibilidad de explosiones o
averías, y por su propia decisión redujo la potencia de las máquinas, lo
que significó que la "Independencia" que venía atrás, chocara
violentamente al monitor aunque sin grandes consecuencias, ya que dieron
el golpe de costado. Sin embargo, este peligroso incidente que fuera
confirmado muchos años más tarde por la institutriz inglesa Mary Jane
Palmer que viajaba en el "Huáscar" contratada por la esposa de Salcedo
para educar a sus hijos (Revista "Sucesos" del 19 de abril de 1917),
perturbará la participación del monitor en la guerra contra la flota
española, pues sólo cuando llegaron a Río de Janeiro pudieron encontrar
un dique seco donde realizar las reparaciones del casco.
Lo
descrito aporta luz sobre las verdaderas razones por las que el
"Huáscar" y la "Independencia" llegaron tarde al conflicto que motivó su
compra, generalmente explicadas de forma muy reducida sólo en el plazo
que demoró su construcción, sin considerar que fueron más bien los
problemas causados por el embargo y este accidente lo que retrasó su
arribo. No obstante, Salcedo aprovechó este trayecto para asaltar e
incautar los bienes del barco mercante "Dorotea", de bandera española,
por lo que de todos modos tuvo alguna participación menor en el
conflicto.
EL "HUÁSCAR" PASA POR CHILE
El
bombardeo del puerto de Valparaíso se ejecutó el 31 de marzo de 1866
por el brigadier Méndez Núñez, sucia historia de tres horas y
consecuencias de un siglo y medio que no abordaremos acá, por tiempo y
espacio. En contraste, cuando la misma flota parte al Callao, allá son
resistidos y repelidos gracias al poderío defensivo del puerto, aunque
también con grandes costos y víctimas. Historiadores como Oscar Espinosa Moraga
comentan en sus libros cómo se festejó en Lima esta victoria, pero
también celebrando la destrucción del principal puerto chileno, en una
extraña y poco amistosa actitud de una parte de la opinión pública en el
país aliado que era asistido en aquel conflicto.
Esto
ocurre justo cuando el "Huáscar" y la "Independencia" se preparan para
ir hacia Magallanes, sin que lleguen a cruzarse con la flota española
que se marcha ya de vuelta a la Península. Sólo a inicios de junio de
ese año aparece el monitor en la línea de horizonte de Ancud, anclando
en el borde del golfo. El "Huáscar" es abordado por Capitán de Navío
Miguel Villar, de la Marina de Guerra de Perú, quien se entrevista con
el Comodoro Salcedo entregándose el cargo. Aunque hay quienes son de la
opinión de que pudo huber amagos de sublevación peruana a la presencia
chilena en el "Huáscar", el hecho concreto es que debió hacerse cargo la
tripulación de la "Indepencia" en el resto del viaje. Empero, en otra
paradoja del destino, entre los marinos que estaban allí presentes en el
arribo y el cambio de mando en Chiloé, se encontraban Arturo Prat y
Miguel Grau, los máximos héroes navales de sus respectivos países y que
se verían enfrentados en Iquique en 1879, entre otros grandes hombres de
las páginas heroicas de la Guerra del Pacífico.
Salcedo
completó así un primer período como comandante del "Huáscar", pero no sin problemas y resquemores. Su origen chileno parece haber generado varias otras desconfianzas en el mismo viaje inaugural del monitor y, para peor, la tripulación peruana encargada de la "Independencia" esponoloneó accidentalmente al "Huáscar" a causa de una maniobra mal ejecutada. Por suerte fue un golpe de costado el que dio la fragata blindada, según decía el propio Salecedo, o de lo contrario el monitor se podría haber ido a pique allí mismo.
Lizardo
Montero había relevado al chileno de aquellas funciones entre junio y agosto de 1866, pero
Salcedo regreso inmediatamente después de él al mando del monitor.
Abandonó la vida de mar en 1869, regresando a su país natal y
estableciéndose en Santiago, mientras en Perú su querido ex monitor
"Huáscar" se convertía en una especie de elefante blanco anclado en
puerto y desempleado, hasta que es secuestrado por las fuerzas
revolucionarias de Nicolás de Piérola dándole fuerte lucha a los navíos
británicos en Pacocha, el 29 de mayo de 1877, cometiendo de paso
una serie de actos de piratería que opacaron el rasgo heroico que se ha
querido ver en este singular episodio de la historia peruana.
Afortunadamente
para el corazón dividido del Capitán José María Salcedo, la prueba
dolorosa de la Guerra del Pacífico no pasó por su existencia: falleció
en Santiago el 6 de febrero de 1879 a los 69 años, antes de ver la ocupación de Antofagasta,
la posterior declaración de guerra de Bolivia y el cumplimiento de Perú
del pacto de alianza que lo ató al conflicto. La epopeya de
Iquique-Punta Gruesa el 21 de mayor de ese año, precisamente con el
"Huáscar" como uno de sus actores, y la posterior captura chilena del
monitor en Angamos el 8 de octubre, fueron brillantes episodios de la
historia naval que ya no pertenecerían al testimonio de su vida.
Comentarios recuperados desde el primer lugar de publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarBenjamín11 de octubre de 2015, 15:03
Dice el texto que: "José María Salcedo nació en Concepción, el 16 de noviembre de 1879" ¿Está bien la fecha?
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Respuestas
Criss Salazar11 de octubre de 2015, 15:25
Patinazo mio, estimado. 1879 era la fecha de muerte, pero ya está corregido gracias a su observación. Saludos
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Carlos Sáenz18 de octubre de 2015, 01:02
Mi recordada abuela, siempre me comentó esta frase..."las extrañas vueltas de la
vida", aquí se reflejan claramente. Excelente este reportaje Don Criss Salazar.
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Criss Salazar17 de junio de 2016, 14:17
Lamentablemente se acabe de perder un comentario por un problema con el moderador de posteos, pero lo dejo acá rescatado desde la notificación:
OSCAR ESTEBAN GALAZ ASTUDILLO ha hecho un nuevo comentario en la entrada "CAPITÁN JOSÉ MARÍA SALCEDO: UN CHILENO QUE FUE EL ...":
Excelente texto. Gracias