La publicación del "Fortín Mapocho"
de septiembre de 1974.
Sí,
así fue... Tal cual suena, sucedió: el recordado periódico "Fortín
Mapocho", símbolo de una época, apoyó el derrocamiento de la Unidad
Popular y aplaudió la llegada de la Junta Militar al Palacio de La
Moneda.
No
era el mismo "Fortín Mapocho" de los
años 80, elevado a bastión de lucha por Jorge Lavandero y la oposición
al Régimen Militar, pero sí es su antecedente directo: su etapa
originaria como órgano de trabajadores y comerciantes de los mercados de
Mapocho, y hasta con el mismo nombre. Ocurrió poco después del 11 de
septiembre de 1973.
Aunque
hubo posteriores ediciones en los años setenta, la evidencia se
encuentra justo al final del primer rollo microfilmado disponible a los
usuarios de la Biblioteca Nacional. Curiosamente, es la publicación
siguiente a un gran vacío que hay en la tira de película lit el
registro, saltando desde el año de 1969 al de 1974, con lo que queda
ausente del rollo en todo un período correspondiente al Gobierno del
Presidente Salvador Allende en la Unidad Popular, por razones que me
resultan misteriosas.
Desconozco
absolutamente cómo ha pasado inadvertida esta insólita curiosidad hasta
nuestros días. Tampoco logro anticipar quiénes podrían sentir que esta
información les resulta más cómoda a sus interpretaciones de los hechos
de entonces: si a quienes consideran que el comercio siempre fue un
enemigo de la llamada Vía Chilena al Socialismo y un activo actor
de su caída, o bien a quienes estimarían que la crisis social y
económica durante aquel proceso era tan profunda y grave que hasta un
destacado miembro de sus filas se vio presionado a tener que admitirla.
El caso es que noté este asunto hace unos años, investigando archivos
sobre el Barrio Mapocho y hasta he realizado pequeñas divulgaciones de
este hecho, pero ha pasado el tiempo y nadie más parece haber observado u
ofrecido interés por el día en que el "Fortín Mapocho" apoyó a la Junta
Militar de Gobierno, así que me arrogaré la tarea de publicar algo más
extendido sobre este extraño remolino en la historia periodística
chilena.

Sello y presentación editorial del periódico, septiembre de 1974.
PRIMERA VIDA DEL "FORTÍN MAPOCHO"
El
nacimiento del diario que encarnaría después a la oposición contra la
Dictadura, deriva de un hecho pintoresco: la fundación de un equipo
propio de fútbol por parte de los empleados, comerciantes y locatarios
del Mercado de la Vega Central de Santiago, llamado Club Deportivo Fortín Mapocho. Muchas actividades deportivas tenían lugar en torno a la fuerte actividad de los veguinos, como la creación del Fortín Mapocho Boxing Club, que presentaba concurridas peleas en los patios del complejo y en el sector de los llamados Hipódromo Circus y el Luna Park,
frente a la Plaza de los Artesanos. Sin embargo, con los botines y las
pelotas se iba a tejer una especial historia de triunfos y ascensos
vertiginosos, que llenaron de entusiasmo a la comunidad mapochina.
El
club deportivo siguió creciendo y juntando copas, siendo reorganizado y
modernizado exitosamente en los tiempos en que su equipo de fútbol se
llamaba "Feria Municipal", obra llevada adelante por don Alfonso "El Viejo"
Garcés Garcés, respetado miembro de la comunidad veguina y ex
trabajador del mismo mercado que fue incursionando también en el
entrenamiento deportivo. Y así sucedió un día que su escuadra de
balompié quedó con grandes posibilidades de llegar a las cotizadas
canchas de pasto del fútbol profesional chileno, en un episodio ya casi
mítico de la historia del Mercado de la Vega. El año de 1946 iba a ser
el que le abriera las puertas a la disputa de su ascenso.
Sin
embargo, inesperadamente este pasaje a primera división le fue
arrebatado al club con aparentes maniobras arteras e intrigas dentro de
la federación, las que fueron atribuidas al entonces conocido y popular
Presbítero Gilberto Lizana, destinadas a beneficiar al Club Iberia
que él mismo presidía y que tenía una sede en Matucana con Mapocho.
Así, el título del primer lugar del campeonato prácticamente le fue
quitado de las manos al Club Deportivo Fortín Mapocho.
Indignados
con el sabotaje a su merecido ascenso, los veguinos se organizaron
espontáneamente y crearon un órgano representativo para los reclamos y
denuncias del gremio defendiendo su equipo, publicación que comenzó a
circular usando el mismo nombre del club deportivo: "Fortín Mapocho".
Aparece por primera vez hacia febrero de 1947 pero no con formato de
tabloide, sino más bien como un pasquín muy rudimentario e informal, en
una presentación sumamente simple. Viendo la acogida que tuvo más allá
del gremio, fue convertido rápidamente en periódico con tiraje más
formal, lanzándose el Nº 1 el 23 de agosto de ese mismo año, fecha
considerada como la de su fundación. Su creador y director hasta el
último día en que sirvió a los mercados veguinos fue el comerciante
Hernán Pinto Uribe, otro personaje de la historia del mercado vinculado a
las actividades del club deportivo y recordado como un militante de
izquierda ya en esos años.
Conformado
inicialmente por periodistas más improvisados que profesionales, no
existió otro periódico en Chile que haya tenido en su origen y por cerca
de 35 años más, una relación tan estrecha con el Barrio Mapocho y sus
mercados. El nuevo periódico se convirtió de inmediato en un órgano
ligado a la defensa de los derechos de los trabajadores y comerciantes
veguinos más allá de las vicisitudes de su equipo, además de
constituirse en la voz oficial de la comunidad local, aunque nunca logró
consolidar una periodicidad confiable en su tiraje.
Revelando
el carácter modesto de su origen y sus redactores, además, muchas veces
el "Fortín Mapocho" apareció con faltas de ortografía y evidentes
errores de redacción, pero lo cierto es que como órgano de vocería la
calidad de sus contenidos superaba los detalles de formalismos,
consolidándose como el soporte de denuncia permanente e inagotable en
contra de todas las amenazas que sufriera el gremio de los comerciantes,
como proyectos inmobiliarios, la presencia de los negocios clandestinos
alrededor, las alzas de arriendo de los puestos, los ladrones y
delincuentes que aparecían por el sector, etc. También amplió su campo
de representación hasta el Mercado Central, los comerciantes de todo el
Barrio Mapocho y, por extensión, otros mercados como el Matadero y Lo
Valledor.
Aunque
su carácter original no era directamente político, sino gremial, el
"Fortín Mapocho" comenzó a coquetear también con esas aguas al apoyar
las campañas presidenciales de Carlos Ibáñez del Campo, Eduardo Frei
Montalva y Arturo Alessandri Rodríguez, además de varios candidatos a
regidores y alcaldes a lo largo de su existencia.

Alfonso Garcés, organizador e impulsor del Club Deportivo Fortín Mapocho.

Hernán Pinto, fundador y director por más de 35 años del "Fortín Mapocho".
PRIMER APOYO A LA JUNTA MILITAR
Aunque
no es secreto que gran parte del gremio de estos comerciantes del
Barrio Mapocho había tendido a manifestarse más bien opositor al
derrocado gobierno de la Unidad Popular y apoyado su caída,
principalmente reclamando por el daño económico que les había ocasionado
la manipulación de precios, el desabastecimiento y el intervencionismo
de los agentes gubernamentales, también se sabe de miembros directos e
indirectos de la comunidad veguina que figuraron entre listas de
víctimas políticas de los primeros años después del Golpe Militar.
Sin
embargo, en marzo del año 1974, reapareciendo las publicaciones
registradas en los archivos de microfilmes como hemos dicho, nos
encontramos con un artículo con aire de declaración pública a dos
páginas del "Fortín Mapocho", celebrando el alzamiento golpista del año
anterior.
Fuera
de las declaradas antipatías al gobierno de la Unidad Popular y a lo
que se señalaba como sus organismos interviniendo en el comercio que
hemos mencionado, se sabe que la Junta Militar no tardó en prometer a
los comerciantes chimberos la remodelación de La Vega Central que éstos
venían pidiendo hacía años ya ante la indiferencia de las autoridades,
además de la construcción del nuevo Puente de los Obeliscos de La Paz
que seguía pendiente desde la remoción del anterior en 1970, por lo que
no es tan de extrañar que opiniones como la del "Fortín Mapocho" hayan
hecho sendos elogios y reconocimientos para las autoridades en esos
mismos días.
No obstante, los saludos del periódico hacia el régimen iban a continuar unos meses después.
Transcribo completo, a continuación, el homenaje a la Junta Militar publicado por "El Fortín Mapocho" el 11 de marzo de 1974:
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Interior de la edición celebrando el 11 de septiembre.
El comercio periférico de la Vega Central en homenaje a la H. Junta Militar
1973, 11 de septiembre - 11 de marzo, 1974
Don
Rosamel J. Farías comerciante en confitería de calle Gandarillas y
dueño del negocio 'Don Chamelo', es el presidente del Sindicato de
Comerciantes Periféricos de la Vega Central, que no pasan de medio
centenar, pero que económicamente representan mucho, ya que sus bien
abarrotados negocios ubicados en calle Artesanos, Gandarillas, El
Baratillo, Salas y Andrés Bello abastecen a gran número de comerciantes
detallistas, tanto de Santiago como de los pueblos aledaños y al gran
público que llega a abastecerse al sector Vega Central Mapocho.
Estos
comerciantes actuaron mucho tiempo en forma independiente y sin mayores
preocupaciones, pero llegó un Gobierno que comenzó a estatizar la
grande y pequeña industria, los canales de distribución normales para
crear DINAC, SACOOP, los JAPS y otros y atentar contra el comercio
establecido, dando lugar a la creación del nefasto MERCADO NEGRO.
Estos
hechos que comenzaron en 1971 y hasta septiembre de 1973 y que para el
comercio y la industria fue una larga pesadilla, los obligaron a
organizarse y participar activamente, junto al resto del comercio, en la
defensa de sus derechos y en la lucha por cambiar el estado de las
cosas imperante.
Allí
fue donde destacó este joven dirigente más conocido por 'Don Chamelo',
que junto a los comerciantes de la Vega Central, Vega Chica, Fruteros
Mayoristas y Mercado Central, libraron por primera vez y unidos la gran
batalla por la liberación de Chile.
Al
cumplirse 180 días de aquella fecha y comprobar el enorme cambio en
todo orden de cosas de la vida nacional y especialmente del comercio y
la industria, lo hemos entrevistado para que nos hable sobre la nueva
etapa de reconstrucción de la Vega Central, el Delito Económico, el
Registro del Comercio, la Previsión del Comercio y la unión de los
comerciantes y nos dice:
"Sobre
la remodelación de la Vega Central, estamos en completo acuerdo porque
este importante mercado de subsistencias debe cambiar su rostro actual
para que sea algo más digno y más de acuerdo con el progreso de nuestra
capital. Para esta finalidad, nuestro gremio está listo para cooperar en
la campaña que ha iniciado la Vega Central para juntar el dinero y
construir antes de la llegada del invierno y la estación de las lluvias
el galpón que habrá de reemplazar al destruido por el incendio del día
1° de enero que afectó a más de 70 comerciantes. Si hemos luchado y
aportado juntos cuando afrontábamos el peligro común, con mayor razón
deberemos hacerlo ahora que se trata de ir en ayuda de un grupo de
nuestros colegas comerciantes".
"Sobre
el Delito Económico podemos estar tranquilos porque existe libre
competencia y ya no tenemos que estar sometidos a los precios políticos
que fijaba la DIRINCO, donde el margen de comercialización que tenía el
comerciante lo obligaba a delinquir. De cualquier manera, me he impuesto
de este Decreto Ley y celebro mucho que el periódico 'Fortín Mapocho'
haya reproducido el texto de esta ley para que los comerciantes sepan a
qué atenerse y no caigan en sanciones. Sobre el Registro del Comercio
estimo que el cambio de dirigentes del Consejo Nacional no debe ser
motivo para que el comercio se divida, muy especialmente cuando aún no
se ha hecho realidad la Ley de Previsión que debería haber entrado en
vigencia en julio de 1972. Espero que el Consultivo de Viña del Mar a
realizarse a fines del presente mes, sea lo suficientemente unitario y
positivo para el comercio".
¿Cuál ha sido el cambio más notable del nuevo Gobierno?
'Son
muchos y de gran envergadura para la marcha del país, como el término
de la anarquía laboral que permite trabajar y producir más. La
tranquilidad para nuestro comercio, la erradicación del comercio en la
vía pública que parecía no haber poder humano para solucionarlo. Pero
Ud. y todos vimos cómo fueron sacados del centro de la ciudad, de los
alrededores del Mercado Central y en las calles Puente, San Pablo, 21 de
Mayo, Ismael Valdés Vergara y Bandera. Igual cosa podríamos decir del Puente de los Carros,
las puertas de entrada para el baratillo y Mercado Vega Chica donde ya
no se podía pasar. Aparte de eso, puede observarse la ordenación de la Plaza Tirso de Molina,
con sus calles Santa María y Artesanos completamente despejadas. Todo
esto muestra un cuadro distinto de lo que era antes del 11 de
septiembre'.
¿Y sobre la acción de la delincuencia qué nos dice?
"También
es otra cosa digna de destacar, porque con la operación limpieza
realizada hace pocos días atrás, cuando una flota de camiones
municipales barrieron con cuanto carretón de mano, mesetas inmundas,
carpas sucias y destrozadas con la acción del tiempo, comercio que se
salía hacia el centro de la calle hasta entorpecer el tránsito, comercio
ambulante ocupando las veredas en venta de pollitos, yerbas, frutas,
pescados insalubres y de todo cuantuay, el delincuente ha tenido que
alejarse ya que ahora no encuentra guarida para esconderse después de
provocar el atraco".
"Ahora
el comerciante puede llegar al sector comercial Mapocho a comprar sin
ningún temor, ya que el peligro de que lo asaltaran a plena luz del día
está resultando muy difícil para la delincuencia".
"Todo
esto se le debe al señor Alcalde de Santiago, al Departamento de
Salubridad e Inspección, a carabineros e investigaciones y es nuestro
deber cooperar en todo lo que sea posible con estos servicios para que
nunca más vuelva a ocurrir el espectáculo deprimente e indignante de
muchos modestos comerciantes o dueños de casa que se quedaban sin
comprar productos para sus negocios y para sus hogares".
Con respecto a lo expresado por el Presidente de la Junta de Gobierno General don Augusto Pinochet, ¿qué nos puede decir?
"Me
pareció muy franco y realista. Le dijo al pueblo de Chile lo que tenía
que decirle y a los opositores marxistas también. La realidad de tres
años de desgobierno y la crisis energética provocará trastornos a Chile y
vienen días difíciles cuya solución demorará años. El despegue del país
no podrá ser nunca antes de 1978 y cuando un gobernante habla en ese
tono sin ofrecer nada que no sea trabajo y producción para sacar al país
del pantano, como que debemos tener confianza en lo que se está
haciendo. Por eso creemos en la Junta de Gobierno y la apoyamos sin
condición, no importándonos que tengamos que apretarnos el cinturón si
es necesario. Y este pensamiento, creo que no sólo de los comerciantes
sino que de todos los chilenos con un corazón bien puesto. Esto es lo
que puedo decir de este Gobierno que acaba de cumplir para bien de
Chile, 180 días en el poder".
|

Portada de la edición de marzo 1974, donde se publicó el homenaje del Comercio.
Y EN EL ANIVERSARIO DEL 11 DE SEPTIEMBRE...
Sin
dejar de pasar la oportunidad para emitir más elogios a la Junta
Militar, el "Fortín Mapocho" reaparece ese mismo año en el primer
aniversario del levantamiento del 11 de septiembre, esta vez con el
titular "La Vega y Mercados antes y después del 11".
En
la propia portada encontramos un texto que parece resumir toda la línea
editorial adoptada por el órgano en ese momento, intitulado "La Vega y
Mercados antes y después del 11", donde hace una oscura descripción de
la situación de los comerciantes durante el Gobierno de la UP, para
proceder luego a señalar las "bondades" del nuevo régimen.
Y
ya para no dejar dudas, al lado de esta nota destacaba una imagen del
General Augusto Pinochet de pie en una reunión y con una leyenda a pie
de fotografía en la que celebra el cumplimiento "del primer año del histórico pronunciamiento militar contra el Gobierno Marxista", agregando que "ciudadanía
toda espera con regocijo y esperanza el nuevo Chile que se vislumbra
bajo el alero protector de nuestras fuerzas armadas".
Finalmente,
en el interior del periódico nos encontramos con un reportaje a dos
páginas que da cuerpo a la edición de ese mes de septiembre de 1974.
También aleja cualquier duda o suspicacia sobre su interpretación, bajo
el título "Vegas y mercados, antes y después del 11".
Sí: en el mismísimo "Fortín Mapocho", alguna vez...
¿Qué
razones tenía Pinto para apartarse de sus reconocidas convicciones
marxistas, procediendo a atacar al derrocado régimen allendista y
justificar editorialmente al militar? ¿Cómo pudo pasar este detalle
fuera de percepciones entre sus "compañeros" de partido, durante el
resto de su vida? ¿Actuaba sólo por instinto de autoprotección y
buscando evitar el cierre del periódico, o acaso presionado por su
gremio y sobrepasado por la necesidad de abrir las sinceridades?
¿O
será, acaso, que estamos ante un caso confirmando la veracidad de aquel
viejo chisme que sólo pasó como mito de derechistas, respecto de que la
figura del Presidente Salvador Allende habría sido traicionada por
muchos de los mismos que, en antes de la ruptura final, le habían jurado
lealtades?
Transcribo los textos de la portada y las páginas centrales del "Fortín Mapocho" del 11 septiembre 1974:
La Vega y Mercados antes y después del 11
El
aspecto que presentaba la Vega Central en los días que antecedieron al
pronunciamiento militar del 11 de septiembre era bastante desolador, con
gran parte de sus negocios cerrados por falta de mercadería, como
carne, pollos, abarrotes y detergentes, mientras una avalancha
incontenible de compradores acudían de todas las latitudes y de todos
los barrios de la capital, ansiosos de obtener mercaderías para el
hogar.
Esta
afluencia de compradores, que en tiempos normales suele ser considerada
una bendición por los comerciantes, se transformaba en una verdadera
maldición, en especial cundo ECA entregaba papas al precio oficial o
cuando DINAC hacía otro tanto con el Rinso, Orno u otros detergentes, ya
que las enormes colas de compradores y las aglomeraciones provocaban
tal congestión que impedía al resto del comercio vender frutas,
hortalizas u otros artículos.
Éste
cuadro desolador que presentaba la Vega Central en estos días decisivos
se repetía sin grandes variaciones en los otros mercados del Gran
Santiago.
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Portada de la edición de septiembre de 1974.
(Pie de fotografía): "Al
cumplirse el primer año del histórico pronunciamiento militar contra el
Gobierno Marxista, la ciudadanía toda espera con regocijo y esperanza
el nuevo Chile que se vislumbra bajo el alero protector de nuestras
fuerzas armadas. En la foto, el Presidente de la Junta de Gobierno,
General don Augusto Pinochet Ugarte, en una de sus tantas intervenciones
ante los gremios, reafirmando su voluntad de sacar al país adelante
después de los tres años de atraso que nos legó el marxismo".
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Detalle de la imagen y pie de foto en la misma portada.
Vegas y mercados, antes y después del 11
EL MERCADO NEGRO
La
escasa producción de las industrias estatizadas, sea de productos
alimenticios, medicinas, textiles, fierros o enlozados, en general toda
la gama de la pequeña y mediana industria que cubre las necesidades de
la población. Los precios políticos fijados por la Dirinco, que obligaba
a la industria particular a trabajar a pérdidas, la escasez de materia
prima, las cuotas y el auto abastecimiento que los trabajadores obtenían
de sus propias industrias y la mala distribución, provocaron como era
de esperarlo la escasez y la creación automática del Mercado Negro.
Allí
surgió una elite especial que dedicó todas sus actividades a este
fatídico mercado y donde no fueron ajenos los propios trabajadores, a
quienes le resultaba más lucrativo revender los productos que le daban
en las industrias, que producir para la colectividad. Familias enteras,
desde el jefe de hogar, la mujer, los hijos y los nietos, lo abandonaban
todo para integrar las colas desde tempranas horas de la mañana hasta
la noche. Allí dormían y acaparaban los productos que luego vendían en
el Mercado Negro a precios usurarios. Las maletas de cuero y los
bolsones del mismo material fueron desocupados de ropa y otros enseres
personales para transformarlos en transportadores de carne que viajaba
en FF.CC., camiones y toda clase de vehículos, para ser vendidos sin
ningún control sanitario y a tres y cuatro veces su valor. Fueron días
intolerables donde la dueña de casa y su familia se pasaban casi las 24
horas haciendo turno en las colas, buscando el alimento que escaseaba en
el comercio particular para obtenerlo de manos de los revendedores a
mayor precio. Llegó un momento en que casi todo se obtenía por este
conducto y los que más sufrieron fueron los que se negaron a aceptar las
tarjetas de racionamiento o ingresar a las JAPS.
LA GUERRA CIVIL AD PORTAS
La
pugna entre el Gobierno y la oposición, que se manifestaba en el
Congreso Nacional, en la locomoción, en las escuelas y Universidades, en
la calle, en los transportes y en el comercio particular, con su
secuela de atentados, muertes violentas y reyertas entre estudiantes,
que obligaron a la fuerza policial a permanecer constantemente ocupados
para evitar los enfrentamientos y la aterradora perspectiva de la guerra
civil, con los cordones industriales en franco plan revolucionario,
quitaba el sueño a todos los chilenos y sólo se espera el milagro: la
intervención de las fuerzas armadas.
REORGANIZAN LA FEDERACIÓN
El
primer paro de advertencia contra el Gobierno en julio de 1972, en el
cual tomaron parte los camioneros integrados en SIDUCAM y el comercio
particular, tuvo como finalidad exigir del Gobierno el respeto a sus
compromisos de entregar máquinas, neumáticos y accesorios a los
transportistas y la no creación de la empresa estatal MOPARE. Para los
comerciantes, la eliminación de los JAPS, los precios políticos, y el
respeto por la distribuidora de los comerciantes CENADI, que estuvo a
punto de ser estatizado cuando era una empresa privada llamada CODINA.
Aunque este paro fue un éxito, mostró algunas debilidades en el comercio
de vegas y mercados, que dada su calidad de arrendatarios regidos por
un reglamento municipal, estaban inhibidos de poder cerrar sus negocios,
so pena de perder sus locales comerciales que constituyen su medio de
sustento.
Por
tal motivo a fines de junio de 1973, se llevó a efecto en Avda. La Paz
449, una reunión con todas las directivas de vegas y mercados que contó
con la asistencia del Presidente Provincial del Comercio don Hugo
Ibáñez. Iniciada la reunión y una vez que se dieron a conocer los fines,
le fue ofrecida la palabra a don Hugo Ibáñez, quien hizo un crudo
análisis sobre la defección demostrada por los dirigentes y comerciantes
de estos establecimientos municipales en el cierre anterior, a pesar de
ser tanto o más perseguidos que el comercio particular, agregando que
el momento que se vivía no era para seguir pensando en que había que
respetarse un reglamento municipal que a esas alturas resultaba
obsoleto. Luego de hacerse un análisis de la situación desesperada que
vivía el comercio con el desabastecimiento y la intervención de los
JAPS, que ya estaban intentando tomarse las vegas y mercados, se
procedió a reorganizar la Federación, reemplazando al presidente don
Juan Crouchett Domínguez por Sergio Silva Gatica de la Vega Central,
Baldomero Olate como secretario y María Luisa Díaz como tesorera. Todos
los demás dirigentes pasaron a formar parte del directorio de la
Federación y fueron: Jorge Cortés y Hernán Silva del Mercado Poniente,
Isabel Sandoval y José Parra de la Vega Chica, Eduardo Abogabir, Jorge
Montes, Domingo Calorio y Alfredo Schiappacasse por los Fruteros
Mayoristas de Santiago, Vícto Ferazzo y Mercedes Venegas por el Mercado
Central, Juan Villarroel, Juan Crouchett y Rodolfo Domel por la Vega
Central y Rosamel Jerez y Aldo Caiozzi por el Comercio Periférico. Se
tomó acuerdo de realizar un Consultivo para fines de agosto y hasta el 3
de septiembre.
1er CONSULTIVO
Este
primer consultivo de la Federación de comerciantes de vegas y mercados
fue todo un éxito y a su acto de clausura realizado en los comedores del
Audax Italiano concurrieron más de 500 comerciantes y la plana mayor
del comercio con Rafael Cumsille, Hernán Vergara, Eduardo Garín y Hugo
Ibáñez. Allí, una vez que el presidente Sergio Silva Gatica dio lectura a
las concusiones de este histórico torneo que por unanimidad decidió
plegarse a la lucha de la Confederación hasta las últimas consecuencias,
hicieron uso de la palabra Rafael Cumsille, Eduardo Garín y Hugo
Ibáñez, los que junto con felicitar a los dirigentes de las vegas y
mercados por el éxito de este primer consultivo, dieron a conocer las
últimas gestiones que a nivel de Gobierno realizaba la Confederación y
la Cámara Central para dar salida a la situación de extrema gravedad que
vivía el país. Todo esto, a escasos ocho días del pronunciamiento
militar del 11 de septiembre.
|
UNA MUY DISTINTA SEGUNDA VIDA DEL PERIÓDICO
Pasó
largo tiempo antes que la encendida manifestación de lealtad al Régimen
Militar por parte del periódico "Fortín Mapocho", comenzara a ser
revisada por nuevas orientaciones editoriales, a pesar de seguir Pinto
en la dirección.}
Sucedió
que hubo un gran incendio en el mercado el 13 de mayo de 1976, y el
gobierno respondió implementando un urgente plan de reconstrucción para
octubre siguiente, entregándose la mitad de las obras justo a un año del
desastre en un acto al que asistió en propio General Pinochet. Sin
embargo, el flamante nuevo mercado comenzó a ser tentación casi
instantánea de inversionistas y se comenzó a insistir en la posibilidad
de poner en licitación a privados sus espacios. Así, a principios de los
ochenta la amenaza de privatización diseminó una gran desconfianza en
el régimen y encendió las balizas de alerta entre los veguinos. Pinochet
incluso visitó el mercado, según se consigna en la edición de abril de
1982. A la larga, estos temores no se cumplieron como se había temido
(como lo demuestra, entre otras cosas, la placa conmemorativa en el
sector de las oficinas administrativas de La Vega Central testimoniando
el traspaso de los establecimientos a los comerciantes), pero el choque
de intereses parece haber reflejado en el diario una ruptura.
Por
alguna razón, además, el ya maduro Pinto comenzó a pensar en
desprenderse del periódico veguino que llevaba en irregular ritmo de
publicación. Sucedió así que, en una concentración política de
oposición, un ejemplar del "Fortín Mapocho" le fue presentado por uno de
sus propios creadores al dirigente del ala más izquierdista de la
Democracia Cristiana, el empresario y futuro parlamentario Jorge
Lavandero Illanes, quien se interesó de inmediato en comprarlo al saber
que estaba siendo ofrecido a la venta. La compra se cerró en 150.000
pesos, según palabras del propio Lavandero en su libro "El precio de
sostener un sueño". Por nuestro lado, sin embargo, supimos que el
traspaso del periódico no estuvo exento de cierta controversia entre los
mismos veguinos. Para peor, al fallecer Pinto no tanto tiempo después,
se levantaron algunas diferencias con respecto a la percepción sobre
quién era el verdadero dueño moral del periódico, entre los que se
sentían sus fundadores o representados por el pasquín.
El
nuevo director del diario lo reformuló completamente y refundó un
"Fortín Mapocho" que se convertiría en el símbolo del periodismo de
oposición durante los años del Régimen Militar. Así, reconvertido,
saldría a la venta el 6 de marzo de 1984 con el siguiente titular muy
apropiado al nuevo perfil adoptado:
CNI DETUVO A DOS PERIODISTAS DE "FORTÍN MAPOCHO"
El "delito": fotografiar casas presidenciales
En la misma portada, junto a una fotografía de Hernán Pinto, el ex director del período daba su mensaje de despedida del medio: "Ha llegado el momento de entregar esta tarea a las nuevas generaciones".
Desde
ese año en adelante, su orientación editorial y su periodicidad
cambiaron radicalmente, primero como semanario y después como diario,
quedando atrás la edad romántica en que operaba como la voz de los
comerciantes de la Vega Central. Incluso modificó después su nombre, al
pasar a ediciones diarias, rebautizándose "Fortín Diario"... Adiós a lo
de Mapocho. El impreso adquirió así un carácter de periodismo
popular, panfletario e irónico, con acciones de denuncias y lenguaje
desafiante. No pocas veces en que le tiraron la cola al león con
Lavandero lal timón del diario, tuvieron alguna clase de problemas, lo
que sólo contribuyó a aumentar su popularidad y su identificación como
el principal organismo periodístico contrario al gobierno de facto.
Si
en la práctica este traspaso sólo fue la adquisición del nombre del
tabloide por parte de Lavandero, la estrategia de haber comprado el
viejo periódico de los veguinos y adoptarlo como una continuación del
mismo, tuvo otra arista interesante: impidió que el medio fuera
censurado durante los estados de excepción, ya que ésta sólo
procedía para fundación, edición o circulación de medios de comunicación
nuevos, no los que ya existieran, como efectivamente se determinó en
los tribunales de justicia en aquellos años. Con ello, el "Fortín
Mapocho" quedaba blindado por corresponder a un diario con línea
histórica anterior, aunque ésta sólo se redujera a su nombre.

Primera portada del "Fortín Mapocho" dirigido por Lavandero, en 1984.
UN ASUNTO CONFUSO
Empero,
la misma capa heroica de lucha que le dio vida nueva al "Fortín
Mapocho", fue la que señaló su final. Contrariamente a lo que se cree o
asevera en ocasiones, la realidad es que nunca fue un diario de gran
preferencia, sino más bien simbólico, rondando cifras de venta entre el
11,8% de todos los diarios de 1986, y 16,1% en 1988. Una situación
frágil, esclava del contexto de tiempo.
Así
sucedió que, al retornar la democracia en 1990, la necesidad de un
periodismo de batalla en la prensa regular quedó atrás y se notó
inmediatamente en el sustento del diario, bajando dramáticamente las
ventas y prácticamente desapareciendo la publicidad de páginas. Vinieron
así los despidos y huelgas de trabajadores.
Sin
más que hacer, al poco tiempo el "Fortín Diario" se declaró en quiebra y
paró para siempre sus prensas. El último número del otrora adalid
opositor de los ochenta, salió el 6 de julio de 1991, ante la casi total
indiferencia del público.
Entre
quienes siguen valorando más esta segunda etapa en la vida del "Fortín
Mapocho" se ha creado un catálogo con extractos de aquellos años y la
recirculación en formatos digitales. Sin embargo, persiste en las
sombras la extraña ironía de todo esto, aunque Lavandero jamás la
admitiera en sus memorias: el hecho de que, antes de pasar a sus manos,
el "Fortín Mapocho" se haya manifestado como un fervoroso defensor del
Régimen Militar sin esconder elogios para el alzamiento de 1973 y la
Junta. Podrán haber pasado inadvertidas en la historia, pero no deja de
ser una tremenda curiosidad y una paradoja que el mismo diario erigido
después como bastión de lucha periodística contra el mismo régimen, haya
tenido este singular antecedente entre de publicaciones sin haber sido
intervenido como otros medios y con el propio Pinto, de simpatía o
militancia comunista, figurando todavía en la dirección del mismo.
Cabe
preguntarse, por consiguiente: ¿Habrá sido la venta del diario a la
oposición, acaso, un intento de rectificar la línea editorial del
periódico tras algún arrepentimiento por el nada discreto y muy
fervoroso apoyo que se dio a Golpe de 1973 y al Gobierno de la Junta
Militar en sus primeros años?
Esta
clase de información poco difundida sobre el pasado del periódico
podría ser dulce sabrosura para iconoclastas y desmitificadores, pero
sigue siendo extrañamente desconocida y quizás hasta deliberadamente
mantenida así, fomentando la creencia de que el "Fortín Mapocho"
prácticamente nace sólo en los ochenta y que siempre fue un emblema
opositor; o, cuanto mucho, enfatizándose su pasado como diario de
trabajadores sin tocar el detalle de las ediciones a la que hacemos
referencia.
Quedará
este dato, entonces, en las nebulosas sarcásticas de la historia del
periodismo chileno o, quizás, en la mera lista de datos freaks sobre la crónica y el editorialismo nacional.
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