
La
famosa fotografía del izamiento formal de la bandera chilena sobre el
Morro de Arica, con algunos fallecidos, heridos y cañones reventados aún
en la cima, aquella mañana del 7 de junio de 1880.
Coordenadas:
|
18°28'52.0"S 70°19'27.1"W (Fuerte El Morro)
18°28'48.2"S 70°19'28.9"W (Base Naval Morro Bajo, lugar del Museo)
18°28'51.4"S 70°19'26.9"W (sitio donde se clavó la bandera chilena)
18°29'01.6"S 70°19'24.7"W (Sitio donde cae el comandante San Martín)
18°29'09.8"S 70°19'03.5"W (Fuerte Morro Gordo)
18°29'21.2"S 70°19'05.5"W (Sector de campo minado)
18°29'45.1"S 70°18'32.1"W (Fuerte Del Este)
18°29'24.3"S 70°18'24.8"W (Fuerte Ciudadela)
18°29'29.5"S 70°18'26.0"W ("Cripta" de San Martín)
|
El
7 de junio de cada año, Arica celebra la Toma del Morro por parte del
Ejército de Chile, en 1880, episodio de rasgos épicos que decidió la
situación de la entonces ciudad peruana y en gran parte también la de la
propia Guerra del Pacífico. Los festejos comenzaban el día anterior e
involucraban encuentros en el estado y una corrida que reproducía todo
el trayecto. Se disfruta de los desfiles, fiestas, brindis y feriado
regional desde hace unos años; hasta existió un periódico ariqueño que
tenía por nombre esta fecha, de hecho, y el Ejército la escogió también
para el Día de las Glorias del Arma de la Infantería.
El
macizo rocoso del Morro, con su enorme bandera chilena flameando
siempre en la cima, se encarga de recordar y enfatizar en cada mirada,
cada fotografía o cada postal turística el pasado ineludible de esta
ciudad. Se trata no sólo de un símbolo potente de aquella guerra ("No soltéis el Morro", grita aún la estatua de don Benjamín Vicuña Mackenna
a sus pies), sino también de un testimonio palpable de la historia de
este sitio y del mismísimo combate librado en él. Los memoriales y
monumentos de la ruta de ascenso hecha por los chilenos aquella mañana,
son mantenidos en su mayoría por los miembros del Regimiento Reforzado
N° 4 "Rancagua".
Como
se recordará, la Batalla en Arica tuvo lugar después de la decisiva
victoria chilena en Tacna, en la Batalla del Campo de la Alianza, que
además de hacer caer a aquella ciudad terminó con la presencia de las
fuerzas militares bolivianas en los teatros de la guerra, retirándose en
los hechos del Pacto de Alianza. Arica, por lo tanto, quedaba
totalmente aislada y en tensa espera del arribo de las fuerzas chilenas
hasta ella, desde el Norte.
El general Manuel Baquedano dio instrucciones precisas al Coronel Pedro
Lagos para tomar la ciudad, realizándose un angustiante parlamento en la
llamada Casa de la Decisión, el 5 de junio de 1880, en donde el coronel
Francisco Bolognesi se resistió a la rendición ante el emisario
chileno, el Mayor José de la Cruz Salvo, asegurando que los peruanos
resistirían "hasta el último cartucho" antes de arriar su bandera desde el Morro, según cierta tradición oral después traspasada a los libros de historia por autores como Ricardo Palma y, más tarde, Jorge Basadre.
A
la sazón, Arica y particularmente su peñón, habían sido convertidos en
fortalezas vigiladas desde el mar por las baterías flotantes del monitor
"Manco Cápac", comandando por el capitán José María Sánchez
Lagomarsino. Apoyaban a la defensa la artillería de los fuertes de costa
"San José
en la orilla Norte del río homónimo, "Santa Rosa" al Sur y más cerca
del puerto, y su vecino el "2 de Mayo", éste a escasa distancia de la
caseta de la Cruz Roja.

Vista completa del trayecto de la Toma del Morro, en lámina histórica de la entonces joven revista "Zig Zag" de 1905.

Celebraciones
del 7 de junio que se realizaban antaño en la mal llamada "Cripta" de
San Martín o "Tumba de los Héroes", ubicada al pie de la posición del
Fuerte Ciudadela. Fuente imagen: Grupo Fracebook "Ese Arica de Antes"
(aporte de Ana Maria Caiconte A.).

Recorrido
de las tropas chilenas y ubicación de los fuertes. Diagrama de la Toma
del Morro expuesto dentro de su museo histórico.

La Toma del Morro según cuadro peruano, Museo Histórico Militar de Tacna.

La Toma del Morro en cuado chileno, Museo Militar de Iquique.
No
quiero hacer acá un exposición acabada de lo que fue la Toma del Morro,
pero vale recordar que el general Baquedano, tras bombardeos de
amedrentamiento en los días 5 y 6 de junio, ordenó al coronel Lagos
preparase para el asalto con los hombres del 3° y el 4° de Línea,
seguidos de cerca por el 1° de Línea "Buin".
Se
cuenta que, para engañar a los peruanos que esperaban el golpe de Norte
a Sur y contra los fuertes de costa, en la noche del 6 al 7 elementos
del regimiento "Lautaro" se quedaron en las laderas distantes con
fogatas encendidas y falsos movimientos de tropas, haciéndoles creer a
las unidades de defensa local que los chilenos acampaban allá todavía.
Esta unidad habría avanzado y atacado también a los fuertes de costa,
situados al Norte del Morro.
Cerca
de 2.000 peruanos o un poco menos esperaban a los chilenos, los que
sumaban de 5.000 a 6.000 almas, aunque es claro que sólo la infantería
participó de la toma propiamente tal. La resistencia peruana estaba al
mando de Bolognesi, seguido del Coronel Alfonso Ugarte y del Jefe de
Artillería Guillermo Moore, el mismo comandante de la siniestrada
"Independencia" en Punta Gruesa, un año antes.
La
lucha comenzó muy temprano aquella mañana del 7 de junio de 1880. El
primer ataque debía protagonizarlo el 4º de Línea, comandado por el teniente coronel Juan José San Martín Penrose, y los fuegos comenzaron
al despejar una camanchaca matinal y verse frente a frente ambos
enemigos. Los cañones de los primeros dos fuertes peruanos comenzaron a
disparar y lo que parecía un plan fríamente calculado, de pronto se
volvió un caótico y eufórico ascenso en medio de balas y explosiones,
renunciando a todo el plan que había sido concebido.
En
el frenesí de la estampida, los soldados sobrepasaron los campos
minados y los fuertes que intentan contener el ascenso invasor. Todo fue
en vano para los peruanos: la primera bandera chilena era izada en la
cumbre entre las 7 y 8 de la mañana, logrando una hazaña que parecía ir
contra prácticamente todos los pronósticos y las posibilidades
previstas, y que cierta creencia con más perfume de mito romántico que
de hecho histórico, señala ocurrido en sólo 55 minutos.
Bolognesi,
Ugarte, Blondel y Moore ofrendaron sus vidas en la defensa de su
patria. Cumplieron con la promesa de pelear hasta el último cartucho, en
efecto. Sánchez Lagomarcino, en tanto, ordenó abrir las válvulas del
"Manco Cápac" al ver perdida toda posibilidad de defender Arica y
flamear ya el estandarte chileno en lo alto, dejando al monitor hasta
nuestros días en su tumba submarina.
La bandera de Chile nunca más bajó desde el Morro de Arica, desde aquel momento.

Sector de las trincheras en la cima del Morro de Arica y los cañones Vavasseur reventados. Imagen del año 1997.

Sector de los cañones Vavasseur
completos, en el lugar preciso donde se cree que habría sido izada la
bandera chilena oficial en 1880. Imagen de 1997. Se observa, atrás, el
aspecto rústico de la entrada del museo, antes de su última
remodelación.

Primera bandera chilena que se izó en el Morro, el día de la batalla. Hoy está en el museo de este mismo lugar.

El Morro de Arica, visto hoy desde la Plaza Colón.
LA "CRIPTA" DE SAN MARTÍN O "TUMBA DE LOS CAÍDOS" (Coordenadas: 18°29'29.5"S 70°18'26.0"W):
La
denominada "cripta" del teniente Coronel Juan José San Martín,
comandante del 4° de Línea, se ubica en el faldeo del cerrillo en donde
estaba el Fuerte Ciudadela, al inicio del ascenso y se lo consideró
tradicionalmente como el lugar en donde había sido sepultado el héroe,
en una fosa con varios otros cuerpos entre los que estaban los caídos
especialmente en ese sitio, al inicio de las hostilidades en la Toma del
Morro.
Un
monolito con aspecto parecido al de los dos fuertes del ingreso ha
señalado desde hace tiempo el punto preciso de este lugar. La creencia
popular hablaba también de la sepultura de varios cuerpos en ella, muy
particularmente los del 3° de Línea que habían logrado conquistar esta
posición con grandes sacrificios de vidas.
A
mayor abundamiento, como la creencia aseguraba que allí estaban
sepultados los héroes, acabó siendo llamada por lo mismo la "Tumba de
los Caídos", recibiendo honores militares y masivas visitas de la
ciudadanía cada 7 de junio, en otra época. Cuando se agregó al mito la
leyenda de que era el sitio de reposo del cuerpo nunca hallado del
propio San Martín, ésta se extendió de tal manera que, en 1914, el
Ejército de Chile construyó el monolito conmemorativo y realizaba
desfiles con homenajes alrededor suyo, con público y presencia
religiosa. Había quienes confundían este sitio, también, con aquél en
que San Martín recibió la mortal herida, muy distante de este punto.
Recién
a partir de julio de 2008 y hasta el año siguiente, miembros del
Regimiento Reforzado N° 4 "Rancagua" y de la Universidad de Tarapacá
realizaron una excavación arqueológica y un análisis osteológico,
confirmando la existencia de una fosa relacionada con la Guerra del
Pacífico pero sin cuerpos completos: en ella había botones, restos de
uniformes, vainas, herramientas, naipes, hebillas y fragmentos de huesos
ya emblanquecidos y erosionados. Varias reliquias históricas fueron
trasladadas hasta una de las vitrinas del museo militar del Morro, en
donde están ahora.
Se
cree que aquellos restos humanos eran los que quedaron alrededor del
Fuerte Ciudadela tras el sangriento combate y que correspondían a
fragmentos y miembros desperdigados por las criminales explosiones
conocidas como "polvorazos", de las que ya diremos más. Habrían
permanecido por largo tiempo a la intemperie, degradándose y
blanqueándose bajo el Sol, hasta que fue abierta esta fosa y se les dio
sepultura, hacia en el período del cambio de siglo según parece. Los
cuerpos de los fallecidos en aquella contienda y que quedaron en mejor
estado o enteros, fueron sepultados en otro sitio, probablemente en
cementerios regulares.
Debe
recordarse, de paso, que la ignorancia sobre el tratamiento de los
cadáveres fue algo que causó grandes problemas después de la Batalla de
Arica, debiendo realizarse quemas de cuerpos y recuperación de muchos
que habían sido arrojados al mar, para evitar problemas sanitarios.
El
lugar de la fosa de la "cripta" mantiene hoy un monumento pintado con
la tricolor de la bandera de Chile, un contorno de bolardos en los
mismos colores (antes sostenían un cierre con cadenas) y ha sido dotado
también de paneles informativos relativos a la historia cultural de
Arica, además de señalización invitando a caminar hacia los fuertes.
Años atrás tenía restos de cañones reventados, pero actualmente estos
están en la cima.

Monumento de la fosa, visto desde la altura, entre los restos del Fuerte Ciudadela.

Vista del conjunto. Arriba, atrás, el obelisco del Fuerte Ciudadela.

Vista opuesta, con el obelisco del Fuerte del Este al fondo, sobre la loma.

Una mirada general al conjunto conmemorativo de la fosa, en dirección a Calle 11.
EL FUERTE CIUDADELA (Coordenadas: 18°29'24.3"S 70°18'24.8"W):
Como
la cara frontal del Morro es totalmente inexpugnable, la única forma de
ascenderlo era por su lado posterior, la subida oriental, misma que
comunica hasta nuestros días al peñón con el resto de la ciudad a través
de sus caminos vehiculares. Previendo esto, por supuesto, las fuerzas
de la defensa peruana habían establecido los dos fuertes-trincheras
paralelos en la entrada y sobre pequeñas lomas que aseguraban la
vigilancia en la llamada Plaza del Morro.
Uno
de ellos era el Fuerte Ciudadela, que se ubica en el cerrillo entre las
actuales calles Las Cruces y Senador Luis Valente Rossi, sector cada
vez más urbanizado que ya se aproxima al obelisco conmemorativo de este
lugar histórico (población Fuerte Ciudadela y condominios Las Palmas y
Panorama). Está casi encima de donde se colocó después la "cripta".
El
fuerte consta de una trinchera de cinco fosos de baterías conectados
por un canal o pasillo en forma de medialuna, cubriendo cerca de 280
metros cuadrados. Poseía con muros defensivos y parapetos,
originalmente, aunque sólo sobreviven los restos de los cimientos en los
que estuvieron empotrados tres cañones: un Voruz de 70 Libras y dos Parrot de 100 libras, según la mayoría de los autores, además de los 61 hombres al mando del teniente coronel Medardo Cornejo.
Tras
una violenta lucha cuerpo a cuerpo, éste fue el primer fuerte peruano
en caer, luego que los hombres del 3º de Línea se arrojaran velozmente
sobre el mismo al comenzar el enfrentamiento, logrando que el
Subteniente José Ignacio López levantara la bandera chilena sobre el
mismo. Los peruanos no habrían tenido mucho tiempo para poder reaccionar
a causa de una neblina de aquella mañana.
Sorprendidos,
en su angustia e improvisación, los defensores activaron redes
eléctricas de los almacenes de dinamita y los explosivos, por lo que
todo dentro del fuerte voló, llevándose la vida de algunos luchadores de
entre ambos bandos. En aquel estallido murió el capitán Tristán Chacón y
el subteniente Poblete, por ejemplo.
En el lugar existe aún la fosa con trincheras y un monumento conmemorativo con los colores de la bandera chilena.

La trinchera y el obelisco en el lugar del Fuerte Ciudadela.

Vista desde el obelisco hacia el área urbana de Arica.

Vista de la cumbre del Morro de Arica, al fondo, desde el lugar del monumento.

La trinchera de medialuna del Fuerte Ciudadela, muy sucia hoy.

Zanjas de la trinchera. Se observa parte del basamento para empotrar los cañones.
EL FUERTE DEL ESTE (Coordenadas: 18°29'45.1"S 70°18'32.1"W):
El
Fuerte del Este, en cambio, estaba ubicado más al Sur del Ciudadela,
también en un cerrillo hoy semicircundado por las calles Monumento
Nacional y Rafael Sotomayor.
Contaba
117 efectivos peruanos y aunque la descripción de su batería no
coincide en todas las fuentes, se cree que estaba artillado con tres
cañones franceses Voruz, dos de 100 libras y otro de 70, cuyos
cimientos aún pueden identificarse. Esta característica hizo muy difícil
lograr conquistarlo, además del campo de minas explosivas que lo
rodeaba. También estaba amurallado y cubría unos 280 metros cuadrados.
Su
captura se produjo sólo después del Ciudadela y quedó a cargo del
Primer Batallón del 4º de Línea, también luego de un sangriento
enfrentamiento que, en este caso, hizo que los peruanos sobrevivientes
trataran de replegarse corriendo la cima del Morro, para reforzar allá
las defensas. Los chilenos se arrojaron en la persecución gritando "¡Al Morro, muchachos!",
sin esperar al "Buin", como era el plan original. Pasaron así sobre los
campos minados y generaron tal confusión que, después de llegar a la
cumbre, los jefes militares chilenos llegaron a culparse entre sí y con
duros términos por el inesperado abandono de los planes acordados.
Como
en el caso del Ciudadela, el Fuerte del Este está señalado por un
obelisco con los colores de la bandera chilena y un panel informativo.
Mientras la medialuna del Ciudadela se inclina hacia la posición
Nororiente, sin embargo, el Del Este lo hace hacia el Suroriente, lo que
con toda claridad refuerza su sentido de protección y casi sacrificio
para la defensa del acceso principal al Morro de Arica, como primer
grupo destinado a recibir el choque de los chilenos.
Por
Decreto Supremo N° 2.412, del 6 de octubre de 1971, ambos fuertes
fueron declarados Monumento Histórico Nacional, junto con el propio
Morro de Arica. Los límites para la cobertura de esta categoría fue
definida por Decreto Exento N° 484, del 28 de agosto de 1996.
Lamentablemente,
sin embargo, parte de ellos está convertida en inmundos basurales,
tanto por irresponsables que los usan por vertederos clandestinos, como
por personajes de vida marginal que encuentran en las trincheras un buen
refugio para vicios.

Cerro y obelisco del Fuerte del Este.

Vista hacia la costa desde el monumento.

El Morro de Arica, al fondo del monumento.

Trincheras del fuerte. Se observa una base de empotrado de cañones.

También está convertido en basural este sitio histórico.
EL SECTOR DE CAMPOS MINADOS (Coordenadas: 18°29'21.2"S 70°19'05.5"W):
La
caballería chilena de camino a Arica, había capturado al ingeniero
peruano Teodoro Elmore, hombre clave en la defensa de la ciudad.
Amedrentado por la situación, éste confesó al General Baquedano y sus
hombres haber estado encargado de dirigir los trabajos de instalación de
varias minas explosivas de pólvora, bombas repartidas por los
alrededores del puerto, las orillas del río Lluta y el Morro, listas
para ser usadas contra las fuerzas chilenas.
Dicho
sea de paso, el que Elmore haya revelado tal información a los chilenos
ha sido algo que muchos autores en Perú jamás le perdonaron,
considerándolo un traidor a pesar de su desinteresada labor previa por
el país. Lo más probable, sin embargo, es que el ingeniero sólo buscara
zafar de un duro castigo por haber participado de estas trampas tomadas
por formas arteras e inaceptables de hacer la guerra. Peor fue el deseo
de vengar esto cuando se descubrió que la red explosiva era alimentada
desde baterías escondidas en el hospital de la Cruz Roja, valiéndose de
la protección e inmunidad que daba su emblema.
Entrando
en detalles, aquella práctica era controvertidísima para la época pues
contravenía los acuerdos de guerra y el derecho internacional referido a
lo que se consideraba entonces armas permitidas para la guerra. Las
trampas mecánicas y de golpe explosivo eran estimadas como contrarias a
todo principio humanitario y propias de la guerra sucia.
A
pesar de haber sido puestos en aviso por Elmore, muchos cayeron en
estas explosiones conocidas como "polvorazos", aunque esto no logró
detener a los soldados chilenos que ascendía por el Morro y que incluso
alteraron las instrucciones al continuar el 4° de Línea hasta la cima,
sin esperar el relevo del "Buin" que tenía reservado el corte final de
laureles de gloria. Según Gonzalo Bulnes en su "Guerra del Pacífico",
los soldados corrían intentando saltar sobre los sectores del terreno en
donde se notaba que había sido removido el suelo, para no pisar los
detonadores.
El
sector que estaba minado en el camino del Morro de Arica, corresponde a
un tramo de la pendiente ubicada entre el primer par de fuertes y el de
Cerro Gordo, ya de camino a la cima. Hubo escenas horribles en este
trayecto mutilados, cadáveres destrozados, agónicos, etc.
En
parte, aquella tragedia explica la efusión de ira que animó a los
chilenos a subir el Morro a sable, corvo y bayoneta cuando sus escasas
municiones se acabaron, deseosos de vengar a sus camaradas muertos de
tan sangrienta forma, además de acusaciones de fusilamientos de soldados
peruanos capturados en la Catedral de Arica. Súmese a esto que los
integrantes del 3° de Línea eran en su mayoría voluntarios, chilenos
provenientes de campamentos de trabajo en territorio peruano que había
sufrido las tropelías, expulsiones y abusos cometidos contra esta
comunidad al sentirse encima los vientos de la guerra, por lo que se
reclutaron ardorosos en el deseo de venganza. No obstante, no es un
hecho menor el que testigos como el veterano Arturo Benavides Santos, en
su memorias de "Seis años de vacaciones", aseguren que dichas
ejecuciones no existieron y fueron calumnias del enemigo.
Por
otro lado, las instrucciones de Baquedano había sido precisas con
respecto a la captura del Morro a pesar de las trampas explosivas:
tomarse todas las fortificaciones minadas. Sus hombres cumplieron,
aunque muchos sacrificaron sus propias vidas en este formidable desafío,
a prueba de voluntad y valor.

Hallazgos realizados dentro de la fosa "cripta" de San Martín. Vitrinas del Museo.

Restos de un cañón Vavasseur, al interior del museo.

Cañón Krupp, en el acceso al Museo del Morro de Arica.
UN FUERTE MORRO GORDO Y SUS TRINCHERAS (Coordenadas: 18°29'09.8"S 70°19'03.5"W):
A
espaldas del llamado Morro Gordo, en el cerro del mismo nombre de
camino a la cima del Morro de Arica, había un muy artillado fuerte del
que no siempre se recuerda mucho en ciertas reseñas sobre la batalla de
1880: el Fuerte Morro Gordo o Cerro Gordo, situado al paso del terrible
campo minado que intentaba contener el ascenso desde los primeros dos
fuertes ya revisados.
El
fuerte de marras aparece señalado en algunos planos y gráficos
reseñando la batalla, y en el mismo Museo Histórico y de Armas de Arica,
ubicado en la cumbre del Morro. Era el lugar en donde los peruanos
replegados de la defensa de la subida al mismo intentaron reunirse para
contener el ascenso de los chilenos, desde el mismo Cerro Gordo hacia la
cima. Intentando defender esta guarnición ante el avance de los hombres
del Segundo Batallón del 4° de Línea, murió defendiendo su posición el
valiente coronel peruano José Joaquín Inclán.
Además
de las minas automáticas, también había en este tramo defendido por el
Fuerte Morro Gordo una seguidilla de 8 trincheras y reductos de sacos de
arena y fosos en forma de medialuna, como hacen notar autores como
Carlos Silva Vildósola en "Las fuerzas armadas de Chile" y Nicanor
Molinare en "Asalto y toma de Arica". Estaban sobre el sector de la
Playa La Lisera, aproximadamente. La subida de los chilenos dividió aquí
a los grupos, además: el 4° de Línea que siguió hacia la cumbre, y el
3° de Línea que bajó a la ciudad.
De
acuerdo a Roberto Arancibia Clavel, en la "Breve historia militar de
Arica" y basándose en el trabajo "Historia del Ejército de Chile", el
Fuerte Morro Gordo contaba con dos baterías: la Batería Baja, situada al
Este del cerro y armada con cuatro cañones Voruz de 70 libras, y la Batería Alta, con un cañón Vavasseur de 250 libras, dos Parrot de 100 libras y dos Voruz de 70 libras.
No
queda mucho a la vista de aquel fuerte, al parecer compuesto de
murallones y cimientos para empotrar los cañones. Ni siquiera hay un
monumento que señale su ubicación. Corresponde, sin embargo, a un sector
del Morro de Arica que, si bien está más pulcro y limpio que el resto
del mismo, acumula en sus alturas una gran cantidad de antenas de
comunicaciones y pequeñas bases de control que afean enormemente el
paseo.
Por
ironía, este grupo de antenas rodeando el lugar del antiguo fuerte,
también se hallan encima de la famosa inscripción con el lema de la
ciudad, como coronándola con una burla malvada: "Arica, mayor es mi lealtad".
Empero, al no quedar vestigios de aquel fuerte a pesar de la gran
cantidad de baterías que se encontraron en el mismo, no figura
directamente señalado en el decreto de la declaratoria de Monumento
Histórico Nacional de 1971, aunque forma parte del mismo.

Primer
monumento a San Martín, en 2003, pocas semanas antes del traslado del
busto hasta un pedestal cercano al museo. Este monumento se encontraba
en el tramo de trampas explosivas y trincheras, cerca del Fuerte Morro
Gordo. Antes, el busto había estado en el museo, durante sus primeros
años.

Vista del resto del camino hacia el Morro, desde el lugar del monumento a San Martín.

Restos de cañones Vavasseur, en la proximidad de la cumbre.
EL LUGAR DE DONDE CAYÓ SAN MARTÍN (Coordenadas: 18°29'01.6"S 70°19'24.7"W):
Existen
en la ruta del histórico ascenso al Morro de Arica, dos hitos
relacionados directamente con la muerte del comandante del 4° de Línea,
el teniente coronel Juan José San Martín, que iba al frente de los
chilenos durante la toma del peñón. Uno se encuentra arriba del Morro y
otro en su base, correspondiente a la "cripta" que ya vimos.
Sucede
que San Martín cayó como todo un héroe en la proximidad del recién
visto Fuerte Morro Gordo y sus trincheras, alcanzado por las balas.
Según expresiones que reproduce Pascual Ahumada Moreno en su "Guerra del
Pacífico. Recopilación completa de todos los documentos oficiales,
correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que han
dado a la luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia", la muerte le llegó
allí sin clemencia:
Apenas
había adelantado 20 pasos, entre una nube de balas, que lo rodeaban
como nimbo de gloria, caía herido por un proyectil que le atravesaba de
parte a parte el vientre. Pero aferrando su espada, procuraba
levantarse, arrastrándose algunos metros en busca todavía del enemigo y
del peligro, porque eran el peligro y el enemigo de su Patria.
A
pesar de su trágica muerte, sus hombres siguieron la loca marcha
buscando aplastar el último fuerte, el situado en la cima, como señala
Diego Barros Arana en su "Historia de la Guerra del Pacífico
(1879-1880)":
En
su marcha reciben una lluvia incesante de fuego que se les hace desde
los parapetos de la fortaleza. Cae allí herido de muerte el teniente
coronel don Juan José San Martín, que mandaba el asalto, por aquella
parte, y caen también numerosos soldados; pero a la voz del segundo jefe
del regimiento, don Luis Solo Zaldívar, la tropa llega a las trincheras
enemigas, las asalta y penetra en el fuerte arrollando en pocos minutos
todas la resistencia.
Una
curiosidad es que el cuerpo de San Martín habría sido arrastrado hasta
cerca del lugar de la ambulancia, desde donde se le pierde el destino.
Sus restos nunca pudieron ser ubicados, convirtiéndose en otro de los
varios enigmas de la Guerra del Pacífico. Cierta teoría hablan incluso
de que habrían sido enviados a Santiago para ser sepultados en un
mausoleo, que fue destruido poco después en una revuelta.
Aquellos
dos hitos que se asocian a la heroica muerte de San Martín aunque
parecen provenir más de la tradición que de las certezas, entonces,
corresponden a la ya desmentida "cripta" de San Martín y, supuestamente,
al monumento en el lugar de su muerte: una escuálida y esbelta columna
de concreto desnudo, imposible de reconocer ya respecto de lo que habría
sido su aspecto original.
Este
hito está ubicado casi encima de la ladera del Morro sobre las playas
al poniente del peñón, están los restos de lo que en la tradición se
identifica como el lugar donde cayó herido de muerte San Martín.
Con
aspecto de columna u obelisco, hoy se encuentra muy deteriorado y en
total abandono, pareciendo casi milagroso que aún siga en pie su
estructura. Nada hay en él confirmando o desmintiendo esta supuesta
identidad, aunque sí se había instalado cerca de él, más al Sureste y en
donde está otro grupo de antenas, un busto conmemorativo del héroe, que
hacia fines del 2005 fue trasladado más cerca de la terraza y del
museo.

¿El supuesto antiguo memorial donde cayó San Martín?

Sector actual del monumento a San Martín, con el pedestal ya sin el busto.
Placa conmemorativa del Comandante San Martín, en el museo.

Busto de San Martín en el monumento "A los bravos del Morro", al pie del mismo.
EL FUERTE EL MORRO (Coordenadas: 18°28'52.0"S 70°19'27.1"W):
Al
llegar la desbandada chilena a la cima misma del Morro de Arica y
después de cruzar a grito y paso desenfrenados los campos minados, las
trincheras y las baterías del Fuerte Morro Gordo, la suerte de los
combatientes peruanos quedó echada. Parte de este episodio se puede
conocer en las memorias del "Diario de campaña" del veterano Alberto del
Solar.
Presa
de la urgencia por tratar de defender la posición, Moore y sus hombres
disparaban los cañones en forma compulsiva contra los invasores,
forzándole las resistencias. Varios de estos reventaron, entonces,
manteniéndose aún visibles así en la cima del Morro, en nuestros días:
enormes modelos Blakely de 250 libras de fabricación Vavasseur,
con sus restos repartidos sobre la cumbre y en el museo. Varios
artilleros murieron al forzar de esta forma los cañones, hasta hacerlos
reventar y acabar destrozados por las esquirlas.
Empero,
aunque formaban parte de un mismo conjunto defensivo, dos eran los
sectores medianamente fortificados en la cima del Morro de Arica y de
los que aún quedan algunos de sus respectivos vestigios, para admiración
del visitante, aunque muy intervenidos en épocas posteriores.
Llamado
Fuerte El Morro o Morro Bajo, consta en realidad de los dos grandes
fosos para trincheras en una de las partes más altas del Morro de Arica,
junto al camino de acceso. Estaba rodeado por los cañones de la defensa
y con murallones de protección hechos con sacos, que se vieron
sobrepasados aquel día 7 de junio. Hoy están visibles, bien mantenidos y
sirviendo de indudable atracción para los muchos visitantes diarios,
además de hallarse junto a la explanada de la cima donde se encuentran
los demás monumentos históricos.
El
grupo correspondiente a estas trincheras y fortificaciones, también
forma parte de la declaratoria de Monumento Histórico Nacional de 1971 y
hay varios restos de cañones Vavasseur reventados a su alrededor. Ha habido intervenciones en ellos, sin embargo, lo que ha modificado el aspecto de algunos de estos hitos.

Restos de la trinchera derecha del Fuerte El Morro, con fragmento de un cañón.

Vista de la trinchera derecha, con escalinatas para el descenso.

Trinchera izquierda y Cristo de la Concordia al fondo.

Restos de murallones en la antigua trinchera del Fuerte El Morro.
LA BASE NAVAL MORRO BAJO (Coordenadas: 18°28'48.2"S 70°19'28.9"W):
Creemos
necesaria una distinción entre el Fuerte El Morro, propiamente, tal, y
la Base Naval Morro Bajo, que corresponde a la gran zanja excavada en la
orilla misma del Morro de Arica, encima de la costa, y que además de un
gran pasillo reforzado con albañilería, contaba con dos galerías
interiores subterráneas, ubicadas en posiciones puestas hacia el centro
de la misma.
Es
el lugar preciso que ocupa, en nuestros días, el Museo Histórico y de
Armas de Arica. En su explanada ubicada justo en la cumbre del peñón,
además, cayó el héroe peruano Ugarte, alcanzado por las últimas balas
que quedaban entre los chilenos. Minutos después, lo siguen Bolognesi y
Moore. El teniente coronel y futuro mandatario argentino, Roque Sáenz
Peña, es capturado ahí también, pero gracias a su influencia en
prestigiosos representantes de la aristocracia chilena y algunos
militares, logra zafar de la corte marcial y del fusilamiento
correspondiente, por ser un extranjero inmiscuido en una guerra ajena.
A
este lugar prácticamente siempre se lo presenta como otro espacio del
Fuerte El Morro, cosa que no es errónea, pero técnicamente se trata de
lugares con funciones diferentes, ya que la Base Naval Morro Bajo venía a
ser más bien el espacio de operaciones, resguardo y toma de decisiones
para las fuerzas peruanas en el peñón. La artillería del Fuerte El Morro
era su batería de defensa, precisamente. También hay muchas
intervenciones posteriores en este punto, que se confunden con las
originales.
A
principios de los años setenta, con la misma declaratoria de Monumento
Histórico Nacional, se inició un plan para la creación de un museo
militar de sitio en este interesante lugar que ya era de atracción
popular, pero que por razones de seguridad había sido aislado del
público. Nacía así el Museo Histórico y de Armas de Arica que ocupa
estos espacios, inaugurado en el aniversario de 1973 de la Batalla de
Arica, con objetos valiosos y reliquias que atesoraba en Arica el propio
Ejército. Las instalaciones fueron entregadas en acto oficial por el
entonces comandante del Regimiento Rancagua, coronel Odlanier Mena
Salinas, bajo el gobierno del presidente Salvador Allende.
A
pesar de los cambios, éste debe ser el sector mejor conservado de las
instalaciones militares del Morro en 1880, o al menos el mejor
implementado, aunque actualmente, una de sus galerías subterráneas está
cerrada al público por asuntos de seguridad. Un monolito con la rosa de
los vientos, ubicado en su exterior, señala también las distancias con
los demás hitos de la ruta de la Toma del Morro: Fuerte Ciudadela a
2.200 metros, "Cripta" de San Martín a 2.340 metros, Fuerte del Este a
2.350 metros y Fuerte Morro Gordo a 1.370 metros.
Tal
vez no todos compartan esta diferenciación entre ambos espacios del
Fuerte El Morro Bajo, pero la creemos bastante funcional a la
disposición y usos que tienen también estos espacios en nuestros días,
además.

Pasillos del museo, hechos sobre el sector de la antigua base.

Galería Norte, reacondicionada para el museo.

Salón
interior de la misma galería, también modificada. Aquí se guarda la
primera bandera chilena que fue izada en el Morro de Arica, al terminar
la contienda.

Escalas hacia la galería Sur, cerrada al público.

Acceso actual a la misma galería.
EL LUGAR DEL IZAMIENTO DE LA BANDERA DE CHILE (Coordenadas: 18°28'51.4"S 70°19'26.9"W):
La
Toma del Morro de Arica había quedado consumada hacia las 7:45 de la
mañana. Se habría realizado el izamiento de la primera bandera chilena
allí por el soldado Daniel Rebolledo Sepúlveda sobre un improvisado
mástil. Esta bandera se guarda en el museo, por cierto.
Sin
embargo, se señala también que sólo a las 11 horas (o a las 8, según
Vicuña Mackenna) la bandera de Chile pudo flamear solemnemente ante la
historia del puerto ariqueño y las conocidas fotografías de la época,
cuando aún no eran levantados todos los cadáveres y heridos de la
violenta refriega. Esta bandera era la grande, oficialmente elevada allí
con la respectiva ceremonia y formación militar, tras arriar la
peruana.
Aquella
bandera se elevó en el asta de un punto ubicado muy cerca del Fuerte El
Morro, en la actual explanada. El lugar que correspondería al de las
imágenes históricas, supuestamente, fue señalado durante muchos años por
dos cañones Vavasseur de 9 pulgadas en buen estado, que fueron
tomados por los chilenos esa misma mañana y que no alcanzaron a sucumbir
reventados como tantos otros. Al menos uno de estos cañones, el único
completo y sin daños que quedó tras la batalla, estuvo con la misma
placa informativa que lo acompaña en la Parque Vicuña Mackenna, abajo del Morro
(otro allí habría sido robado una cuadrilla peruana para llevarlo a un
museo limeño, según se cuenta). El otro es un cuerpo de una batería
destruida al que se le agregó un poco estético tubo para hacer parecer
su cañón completo.
Durante
mucho tiempo, sin embargo, estos cañones estuvieron solos allí y sin
ninguna indicación de las razones de estar dispuestos en este punto. En
el aniversario de la Toma del Morro de Arica de 2005, sin embargo, se
inauguró entre ellos una base con asta propia y una bandera chilena que
siempre está izada en el palo, aunque de proporciones bastante más
modestas comparada con el gran estandarte que flamea siempre en la
terraza del mismo Morro de Arica.
Con motivo de aquella modificación, se descubrió también una placa conmemorativa con la siguiente inscripción:
Aquí
se izó orgullosa e invicta la bandera de Chile aquel 7 de junio de 1880
a las 11 horas., coronada de laureles y alzando sus pliegues al viento,
poco a poco fue ascendiendo en el improvisado mástil, la bandera que
llevaba en su poder el Sargento 2do. Roa del Batallón 4to. de Línea, el
oficial que tuvo el alto honor de izar la bandera fue el Teniente
Casimiro Ibáñez Ureta.
Arica, 07. Junio. 2005.

Memorial de la bandera chilena clavada en la cima en 1880.

Observación lateral del mismo conjunto.

En
ángulo hacia la ciudad. Se observan las dos banderas: la conmemorativa
de la izada en 1880 y la gigante ubicada en la terraza del Morro,
visible desde toda la ciudad, e incluso desde Azapa y parte de Perú.

Los cañones de este memorial están en buen estado de conservación.

Placa informativa en los cañones. Parece ser la misma que estuvo en la plaza, abajo.
Hasta
aquel lado de todo el señalado grupo conmemorativo y vecino al memorial del izamiento
de la bandera, en diciembre de 2013 fue trasladado el busto de San
Martín que había estado aislado de la cima del Morro y más cerca de
donde había estado el Fuerte Morro Gordo, al pie de un grupo de feas
antenas.
A mayor abundamiento, dicho memorial fue montado en un pedestal nuevo y se lo dejó custodiado
también por los restos de otro par de cañones. No cabe duda de que su ubicación actual es mucho más digna y apropiada a las características del paseo y la circulación de visitantes por la cumbre del peñón.
Existen
varios otros monumentos en el Morro de Arica, por supuesto: el del
general Lagos, el monolito inaugural de piedra del Regimiento "Rancagua"
de 1973, la placa-relieve del comandante San Martín de 1961 (hoy en el
museo), el Monumento al Soldado Desconocido y otros más recientes como
el Cristo de la Concordia
y la bandera pintada como homenaje a la Armada de Chile y al Combate
Naval del 25 de febrero de 1880.
Sin embargo, por no estar aquellos monumentos u homenajes relacionados
directamente con la ruta original de la epopeya del 7 de junio de ese
mismo año, no nos extenderemos acá sobre ellos.
Comentarios recuperados desde el lugar de primera publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarGustavo Baumann F.16 de julio de 2019, 22:28
Las fortificaciones del morro que conocemos actualmente (museo),no existían en 1880, así lo atestiguan los documentos fotográficos de la época...el Perú tenia emplazamientos muy precarios para su artillería mayor (cañones Vavasseur), esas fortificaciones fueron levantadas por Chile, para emplazar dos grandes cañones de defensa de costa, servido por un destacamento de artillería de marina (1920). Estas piezas fueron desmantelados por el por el anexo del tratado paz, que dice que el "morro sera desartillado", quedando el lugar en el mas competo abandono...la existencia de una linea férrea a la cima del morro, tenia el mismo fin...pertrechar las baterías, había un desvió ferroviario que entraba a un polvorín subterráneo,en la faldas del Fuerte Ciudadela...seria bueno investigar la fecha en que levantaron esa fortificaciones...
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Blogg Herr3 de enero de 2021, 16:54
Por favor, corrijan las coordenadas de los Fuertes Ciudadela y del Este. Son las mismas en su Blog.
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Respuestas
Criss Salazar3 de enero de 2021, 17:12
Corregido, gracias por avisar.