Guardiamarina Ernesto Riquelme en ilustración de Luis F. Rojas para el "Álbum de la Gloria de Chile" de Benjamín Vicuña Mackenna.
El
siguiente texto fue distribuido por mi amigo el investigador histórico
Marcelo Villalba, Director del Museo Virtual de la Guerra del Pacífico y corresponde a un artículo recopilatorio de varias fuentes, incluyendo
a Vicuña Mackenna y especialmente al propio website institucional de la
Segunda Compañía de Bomberos de Santiago,
titulado "Bomberos Héroes Guerra del Pacifico: ERNESTO RIQUELME VENEGAS
2° Cía. C.B.S.". Lo reproduzco acá por abordar un interesante aspecto
de la vida del héroe de la Epopeya de Iquique, el Guardiamarina Ernesto
Riquelme, como bombero voluntario de la después llamada Bomba
"Esmeralda" como homenaje al mismo navío donde tuvo lugar su sacrificio.
Recién
24 horas después de terminado el Combate Naval de Iquique, se recibió
una incompleta información del destino de la corbeta “Esmeralda” y su
heroica tripulación. La noticia fue traída por la “Covadonga” y
entregada por su comandante don Carlos Condell de la Haza, quien el 22
de mayo entró al puerto de Tocopilla con su nave impulsada sólo por sus
velas, gravemente dañada y haciendo agua. El comandante Condell informó
que en la "Esmeralda" se había prendido fuego a su santabárbara antes
que rendirse.
Ese
era el pensamiento de la tripulación, siendo aquélla la noticia oficial
que recibieron vía telégrafo las autoridades chilenas encabezadas por
el Presidente de la época don Aníbal Pinto Garmendia… Conocida la
noticia por medio de la prensa de la época, "El Mercurio", "El
Independiente", "Los Tiempos" y "El Ferrocarril", las campanas de las
iglesias fueron echadas al vuelo y la población en todo el país salió a
las calles a testimoniar su apoyo a los soldados que luchaban en el
norte.
En
Santiago se reúnen doce mil personas junto al monumento del Libertador
Bernardo O'Higgins. De la Municipalidad es trasladada la bandera con que
el General José San Martín había proclamado la Independencia de Chile,
la que fue escoltada por Bomberos Armados de Santiago y llevada al lugar
de de la reunión. Uno de los principales oradores fue don Benjamín
Vicuña Mackenna (3ª Compañía, Claro y Abasolo), quien llamó a las armas,
hecho que significó largas columnas frente a los cuarteles para
solicitar su incorporación a las filas del ejército y la marina.
El
Combate Naval de Iquique, una vez conocido en todo el mundo, gana la
admiración de los marinos de todas las latitudes por la valentía
demostrada en combate por los 192 tripulantes de la "Vieja Mancarrona". Se había perdido a la "Esmeralda", pero Chile había logrado la unidad nacional hasta lograr la victoria definitiva.
Iquique,
sin duda alguna, es la página más brillante de la historia naval de
Chile, y tiene un especial significado para los bomberos de Chile y
particularmente para la Segunda Compañía de Bomberos "Esmeralda" de
Santiago, pues en aquella epopeya heroica participaron dos de los suyos:
el Guardiamarina Ernesto Riquelme Venegas y el Cirujano 1º Dr.
Francisco Cornelio Guzmán Rocha.
RIQUELME Y SU VOCACIÓN BOMBERIL
En efecto, la Segunda Compañía llamada en esos años "Bomba Sur",
recibió en sus filas en 1871, a un estudiante de Derecho de 19 años
llamado Ernesto Riquelme Venegas. Este joven voluntario había nacido en
Santiago el 14 de abril de 1852. Sus padres fueron don José Riquelme, el
primer taquígrafo que hubo en Chile y la señora Bruna Venegas,
distinguida educadora chilena.
Riquelme
hizo sus estudios de humanidades en el Instituto Nacional y se graduó
de Bachiller en 1870. En esa época mostraba gran interés por la música,
arte de su predilección. Igual cosa ocurría con la literatura y la
poesía, colaborando con el periódico "El Alba" del Instituto Nacional,
donde los alumnos publicaban artículos literarios.
El
joven Ernesto era un muchacho muy inclinado también a las cosas del
mar: se cuenta que, en 1862, viajó con su madre a Valparaíso para
visitar a una amiga. En casa de ésta vio una réplica de la "Esmeralda";
quedó tan fascinado con ella que tuvieron que regalársela.
Al
ingresar a la 2ª Compañía, su número de Registro en la Compañía fue el
444. Ya incorporado a la actividad bomberil en pleno, los oficiales de
la 2ª Compañía ven entre sus innumerables cualidades como bombero, su
inmensa vocación de servicio y compromiso con la noble causa bomberil,
siendo ejemplo para sus compañeros por la pasión y responsabilidad con
que toma su cargo de voluntario.

Grabado
de antigua bomba a vapor que formó parte del equipo de la "Bomba
Esmeralda" a fines del siglo XIX, con el nombre del héroe Ernesto
Riquelme (fuente imagen: segundinos.cl).
DEL CUERPO DE BOMBEROS A LA ARMADA
No
obstante poseer inclinaciones marineras, siguió la carrera de Derecho y
mientras estudiaba conoció a un Oficial de Marina que, con grandes
sacrificios, por residir en la ciudad de Valparaíso y hallarse la mayor
parte del tiempo embarcado, también esperaba titularse de Abogado,
naciendo entre ellos una gran amistad. Este marino era el Capitán de
Corbeta Arturo Prat Chacón, de trato atrayente y de vasta cultura, lo
que habría de influir en el ánimo del joven Ernesto, a quien se le
despertó el semidormido amor por el mar.
Por
ello, en 1874, decidió dejar sus estudios, alejarse de Santiago e
ingresar a la Armada, incorporándose el 14 de abril de ese año a la
Escuela Naval, que funcionaba a bordo de la corbeta "Esmeralda". Su
Director y Comandante era el Capitán de Fragata Luís Alfredo Lynch Solo
de Zaldívar y el 2º Comandante y Subdirector, el Capitán de Corbeta
Arturo Prat Chacón. Al alejarse de la "Bomba Sur" el día 28 de
abril de 1879, envió su carta renuncia, donde muestra su cariño y
admiración hacia bomberos y particularmente a su 2ª Compañía, señalando:
Señor Secretario de la 2ª Cía. de Bomberos.
Santiago, abril 17 de 1874.
Mui señor mio
Debiendo
ausentarme por un tiempo indefinido de esta capital, i no pudiendo por
consiguiente seguir desempeñando en la Compañía el honroso puesto de
Voluntario, me veo en la dolorosa necesidad de presentar mi renuncia. Al
poner esta resolución en conocimiento de Ud., i en el de la Junta de
Oficiales, le ruego, señor Secretario, se sirva manifestarles el sincero
pesar con que me separo de los que han sido mis jefes, mis amigos i
compañeros.
Muchos
cuentan la Compañía en su seno que la han servido i la sirven como a mí
no me fui dado imitarlos, pero muy pocos tendrá que al abandonarla,
sientan más profundamente que yo separarme de ella.
Mis deseos y mis ilusiones eran envejecer en sus filas, pero uno propone i su destino dispone.
El
mío, no ha querido que pudiera yo realizar esos deseos. Mas, por muy
lejos que me halle de aquí i por más tiempo que haya pasado, siempre
mantendré vivo el recuerdo de todos los que he visto junto a mí en el
puesto de trabajo; siempre también estaré orgulloso de haber sido
Voluntario de la 2ª Compañía de Bomberos.
Por
último, no queriendo romper del todo los lazos que le ligan a la
Compañía, deseando que de algún modo que se acuerden una vez siquiera de
mí los que tienen todavía la fortuna de ser sus voluntarios, le ruego,
señor Secretario, tenga a bien proponerme como “Socio Contribuyente”, a
lo cual quedará verdaderamente reconocido su affmo. Amigo y S.S.
(fdo.) Ernesto Riquelme.
P.D. Adjunto remito mi casco.
LA PRUEBA DEL HÉROE
El
18 de noviembre de 1876, nombrado Guardiamarina, se embarca en el
blindado "Cochrane", que al mando del Capitán de Navío Enrique Simpson
Baeza partió a Europa, a terminar trabajos pendientes en los astilleros
de Hull, en Inglaterra. Era, por ende, el primer viaje de instrucción
del joven Guardiamarina. En Londres, entre otros hizo un curso de
torpedos y perfeccionó sus conocimientos del idioma inglés. Asimismo,
adquirió conocimientos musicales.
En
1878, de vuelta en Chile, se retiró del servicio y se estableció en
Santiago, donde su espíritu de abnegación lo llevó a intentar reingresar
nuevamente a su querida "Bomba Sur"; sin embargo sus deseos se
vieron interrumpidos abruptamente el 5 de abril de 1879, al estallar la
Guerra del Pacífico contra Perú y Bolivia. Ante dicha situación, Ernesto
Riquelme se reincorporó de inmediato a la Armada y fue destinado a la
corbeta "Esmeralda".
Allí
volvió a encontrarse con su antiguo amigo, el Capitán Prat, ahora
Comandante de la corbeta, pues Prat había llegado al buque el día 16 de
mayo de 1879, fecha en que la Escuadra chilena zarpó a El Callao y dejó a
la corbeta "Esmeralda" y goleta "Virgen de Covadonga" en el bloqueo de
Iquique, hasta la víspera del célebre y heroico combate.
Durante
el glorioso epílogo del Combate Naval de Iquique se destaca la
actuación sobresaliente del Guardiamarina Ernesto Riquelme Venegas como
oficial de la "Esmeralda":
…Y
al final, cuando la proa comenzó a hundirse herida de muerte y su proa
se sumergía rápidamente por los raudales de agua que le entraban, se vio
una figura diminuta, aferrarse herida al último cañón de babor, y
dispararlo hacia el 'Huáscar', al mismo tiempo que el corneta de órdenes
volvía a tocar zafarrancho de combate, malamente, porque los jóvenes
cornetas titulares habían sido muertos en cubierta… Eran ellos, el
Guardiamarina Ernesto Riquelme y el Cabo Crispín Reyes, que se hundían
con la querida 'Capitana', defendiendo su honor hasta el último aliento.
Con ellos, dos banderas desgarradas, pero no rendidas, se hundían en la
gloria…
Este
joven Guardiamarina personifica en la Historia Naval de Chile al héroe
soñado de la juventud chilena: sentimental, músico, bombero, altruista,
estudiante de Derecho y poeta; que fue capaz de mostrarse como un marino
heroico al sellar con la última descarga de su cañón, la decisión del
Comandante Prat, su amigo, su jefe, de no arriar jamás la bandera
nacional ante el enemigo, aún cuando se combatiera en inferioridad de
condiciones.

Ernesto Riquelme en uniforme de bombero segundino.
EL HOMENAJE DE LOS SEGUNDINOS
Conocida la noticia en Santiago, la 2ª Compañía "Bomba Sur" se reúne en Sesión de Compañía el 29 de mayo de 1879 y acuerda cambiar su nombre por "Bomba Esmeralda"
en perpetuo homenaje a la gloriosa corbeta que duerme el sueño eterno
en la rada de Iquique y a cuyo bordo luchó y entregó si vida
heroicamente uno de sus hijos predilectos: Ernesto Riquelme Venegas.
Junto con el acuerdo de cambiar nombre a la Compañía, acuerdan colocar
su retrato en el Salón de Sesiones, el que por siempre se ha conservado
tras su testera, presidiendo sus reuniones y actos oficiales:
Acta de la Sesión de Compañía del día 29 de mayo de 1879.-
En
ausencia del señor Director, preside la Sesión de Compañía el señor
Capitán don Manuel Subercaseaux. Se abrió la Sesión a las 7,00 PM. Con
asistencia de treinta (30) voluntarios. Reforma del Artículo 1º del
Reglamento.
Leída
y aprobada el acta de la Sesión anterior, se dio cuenta de un proyecto
de acuerdo firmado por 18 miembros de la Compañía que reforma el
Reglamento, sustituyendo la designación de "Bomba Sur" por la de "Bomba
Esmeralda". El Capitán sostuvo el proyecto i formuló las siguientes
indicaciones:
Retrato de E. Riquelme.
Para
que se coloque en el Salón de Sesiones el retrato de nuestro antiguo
compañero Ernesto Riquelme muerto gloriosamente a bordo de la
"Esmeralda" en el memorable Combate Naval de Iquique, retrato que será
costeado por suscripción entre los voluntarios corriendo de cuenta de la
Compañía el déficit que pueda resultar, i para que se le nombre Miembro
Honorario. Puesto en discusión el proyecto de acuerdo, preguntó el
señor Ramírez H. si la Compañía tenía facultad para hacer este cambio a
lo que contestó el Capitán dando lectura al artículo 66 del Reglamento
que autoriza a la Compañía para reformarlo. El señor Rodríguez O.
advirtió que tampoco estaba el proyecto en oposición con lo que dispone
el Reglamento General, i el señor Ovalle Tulio explicó el origen del
nombre de "Bomba Sur", agregando que cuando le fue dado no se consultó
al Directorio.
Sometido
a votación fue aprobado por unanimidad de votos. Enseguida el señor
Ovalle Tulio hizo ver que la reforma debía efectuarse cuanto antes por
razones fáciles de comprender, i pidió que, declarándose la urgencia i
en conformidad a un acuerdo vigente, se le eximirá del plazo, en cuanto
ese acuerdo lo permite. Pasando inmediatamente al Directorio. Esta
indicación fue aprobada por unanimidad.
Comisión.
El
mismo señor Ovalle hizo indicación a fin que se facultara al Capitán a
fin de llevar a efecto el primer acuerdo autorizando la inversión de
fondos necesarios. El señor Subercaseaux amplió la indicación agregando
al señor Tesorero, i el señor Ramírez H. al señor Rodríguez todo lo cual
fue aprobado. E. Riquelme Miembro Honorario fuéronlo igualmente por
todos los votos i sin debate, la indicación del Capitán que declara a
Ernesto Riquelme Miembro Honorario de la Cía. i la del señor Vicente
Prieto que pide para su nombre el primer lugar de la lista.
También
fue aprobada en la misma forma una indicación del Capitán para dirigir
por Secretaría una nota de pésame a la señora Bruna V. de Riquelme, la
que será entregada por una comisión compuesta del señor Rodríguez O.,
Ovalle Tulio i el Capitán. Autorización.
El
señor Rodríguez O. pide autorización para invertir en gastos
ocasionados por la Compañía Armada, parte de los fondos erogados por
miembros de la misma. Fue aprobado por unanimidad. El señor Capitán
consulta a la Compañía si debe elegirse un reemplazante a un voluntario
que, siendo miembro de la Junta Admisora, ha pedido licencia por seis
meses. Después de un corto debate se acordó que no debía elegirse. Se
levantó la Sesión.
Manuel Subercaseaux. Capitán
Como
respuesta al acuerdo tomado por los bomberos de la 2ª Compañía de
Santiago, la señora Bruna Venegas, madre de nuestro héroe, contestó a la
nota con que la "Segunda" le informó del acuerdo tomado:
Santiago, Junio 6 de 1879…
Señor:
Al
contestar la nota que Directo, oficiales y voluntarios, siento no tener
palabras a la altura de mi dolor y de mi gratitud para expresar a la
Segunda Compañía de Bomberos de Santiago, mi profundo reconocimiento y
el de todos los míos…
Ninguna
de las manifestaciones que he tenido la honra de recibir, ha sido más
grata a mi corazón que la de sus antiguos compañeros a cuyo lado
aprendió mi hijo las máximas del honor y del deber, porque las Compañías
de Bomberos son escuelas de abnegación e hidalguía...
Jamás he olvidado que la primera distinción que mi hijo alcanzara en su corta vida fue ser Bombero de la Segunda Compañía…
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