Nota: artículo del año 2007, no actualizado. Esta
memoria sobre el Ministro Diego Portales Palazuelos, fue encargada por
el propio Gobierno de Chile a don Fernando Urízar Garfias, el día en que
se trasladaron sus restos hasta la Catedral Metropolitana de Santiago.
Por lo tanto, podría corresponder al manuscrito contenido en el
pergamino que fuera colocado dentro de una envase junto al cuerpo del
ilustre personaje, hallados hace sólo un par de años. Aunque el texto
fue conocido desde entonces y figuraba en algunas publicaciones, habría
sido casi olvidado y eventualmente "redescubierto" por analistas e
investigadores, si acaso fuera tal, tras dar de manera accidental con la
ubicación precisa del cuerpo dentro de la iglesia, durante marzo del
año 2005. En estos momentos, el manuscrito está siendo investigado. Por
si acaso, republico acá la señalada biografía, actualizando la
ortografía pero sin alterar la redacción original,
en la proximidad de un nuevo aniversario del asesinato del ilustre
ministro señalado como el forjador del Estado en Forma de Chile. Las
copias del original del texto que trascriboy que incluyen un grabado con
el retrato del ministro, se encuentran en propiedad de don Jacinto
Pavez, investigador y presidente del Centro de Estudios Históricos
Lircay, además de entusiasta portaliano.
Don
Diego José Víctor Portales, hijo legítimo de don José Santiago Portales
y doña María Fernández de Palazuelos, nació en Santiago de Chile el 16
de junio de 1793.
Estudió
en el colegio de San Carlos gramática latina, filosofía, teología,
bellas artes y algo de jurisprudencia; y con estos elementos desplegó el
talento extraordinario, las grandes virtudes y la fuerza de carácter
que le condujeron después a los puestos más elevados, con que encadenó
la fortuna y se hizo el hombre más importante, más célebre y más popular
de Chile.
En
su juventud fue ensayador de la casa de Moneda, cuyo destino renunció
para entrar en el comercio; y a favor de sus acertados cálculos formó un
capital considerable.
En octubre de 1825 se le nombró miembro del consejo consultivo del gobierno que se estableció en aquel entonces.
En
6 de abril de 1830, cuando la república ardía en una guerra civil
espantosa y sufría las consecuencias de una completa desorganización, se
le llamó a servir los ministerios del interior y relaciones exteriores y
de guerra y marina; y desempeñó estos cargos empleando su fortuna
particular en servicio del estado; y sin recibir sueldo ni ninguna
especie de recompensa, hasta el 17 de agosto de 1832 en que hizo su
renuncia, después de haber satisfecho las esperanzas de la nación, y se
le admitió a sus repetidas instancias, expidiendo en su consecuencia el
congreso nacional el siguiente decreto:
El
congreso nacional teniendo en consideración que don Diego Portales
entró a servir los ministerios del despacho del interior y de la guerra
en la época más angustiada de la patria, cuando destruido el imperio de
las leyes y encendida la guerra civil, la anarquía y el desorden
amenazaban la ruina política de la nación, en cuyas lamentables
circunstancias, desplegando un celo, vigor y patriotismo
extraordinarios, consiguió con la sabiduría de los consejos y el acierto
de las medidas que proponía en el gabinete, reestablecer gloriosamente
la tranquilidad pública, el orden y el respeto a las instituciones
naciones, decreta: que el presidente de la república dé las gracias a
don Diego Portales a nombre del pueblo chileno y le presente este
decreto como testimonio de la gratitud nacional debida al celo, rectitud
y acierto con que desempeñó aquellos ministerios, y a los generosos
esfuerzos que ha consagrado al reestablecimiento del orden y la
tranquilidad de que hoy disfruta la patria...
Al
salir del ministerio admitió, a instancias del gobierno, el empleo de
gobernador de Valparaíso y comandante general de marina; pero sólo por
cuatro meses; y en este corto espacio quitó multitud de abusos
invertebrados, creó y organizó la guardia cívica, estableció el buen
régimen interior e hizo todo el bien que el público y el gobierno se
prometían de sus conocimientos, de la superioridad de su genio y de la
fuerza de su voluntad.
En
septiembre de 1835 se le llamó de nuevo al gabinete como el único medio
que se presentaba para apagar la discordia que había vuelto a
encenderse mientras estuvo retirado a la vida privada; e impulsado sólo
por su ardiente patriotismo ocupó el 21 de dicho mes el ministerio de
guerra y marina, y el 6 de noviembre inmediato el del interior y
relaciones exteriores, sirviendo al mismo tiempo uno y otro. Sus
extraordinarias y brillantes cualidades y el intenso prestigio de su
gran nombre restableció casi instantáneamente el orden de las cosas a su
curso ordinario; y en esta época de su vida pública fue cuando lucró
más esa facultad que parece tenía para hacer cooperar a sus grandes
fines patrióticos cuanto era necesario para realizarlos, y con que
frustró todas las tentativas que los enemigos del orden público hicieron
para trastornarlo.

Grabado de la estatua, de Recaredo S. Tornero, "Chile Ilustrado", 1872.

Vista actual de la Estatua de Diego Portales, en el Barrio Cívico.

Asesinato de Portales, el 6 de junio de 1837.

Impactante
imagen de los restos de don Diego Portales, encontrados en la Catedral
de Santiago el año 2005 (imagen publicada por los medios de prensa,
entonces).
En
agosto de 1836 se tuvo noticia de que debía hallarse en las costas del
sur una expedición salida del Callao al mando del caudillo don Ramón
Freire, bajo protección y en buques del gobierno del Perú; y sin que
tuviésemos más marina de guerra que una goleta y un bergantín desarmado,
al mes de haberse recibido, se vieron como por encanto entrar presos a
Valparaíso al general Freire que se había apoderado ya del archipiélago
de Chiloé, y al resto de la escuadra peruana estacionada en el Callao,
todo por efecto de las profundas combinaciones del ministro y de su
asombrosa actividad.
Desde
ese día la tranquilidad al interior del ministerio quedó establecida,
el pabellón chileno dominó el Pacífico y el presidente de Bolivia y
conquistador del Perú, don Andrés Santa Cruz, se vio obligado a pedir la
pez; pero no ofreciendo garantías sólidas para lo venidero, el congreso
nacional acordó que se le declarase solemnemente la guerra. Se formó un
ejército, y hallándose acantonado en Quillota, próximo a embarcarse
para el Perú, el segundo jefe aprovechó la ocasión de hallarse en el
campamento el ilustre ministro para apresarlo y declararse en abierta
rebelión contra el gobierno el 3 de junio de 1837. Los amotinados
marcharon luego sobre Valparaíso con el objeto de apoderarse de aquella
importante plaza, llevándole encadenado y haciéndole sufrir los más
crueles tratamientos; el 6 del mismo mes le salieron al encuentro los
cívicos de aquella heroica ciudad y el batallón Valdivia, mandados por
el general Blanco, en las alturas del Barón; aquellos fueron
completamente derrotados; pero los cánticos de alegría por el triunfo
que vindicó las leyes y el honor del país, fueron interrumpidos por el
lúgubre espectáculo que se presentaba a la vista de los vencedores. ¡El
ilustre ministro, el patriota más ardiente y generoso, el estadista más
célebre y más honrado, el primer hombre de Chile, aquel cuya gloriosa
reputación llenaba todos los estados de América y se había extendido
hasta los reinos de Europa, había sido ese día bárbara y atrozmente
asesinado!
El congreso nacional en 8 de agosto de 1837, expidió el siguiente decreto:
La
nación chilena en demostración de su respeto a la memoria de su ilustre
hijo don Diego Portales y de la gratitud en sus eminentes servicios en
el establecimiento del orden y seguridad, en la reforma de las leyes y
de la administración de justicia, en la fuerza mora y disciplina del
ejército de línea, de la armada y de la milicia cívica y de todos los
ramos del servicio público, ha acordaron y decreta:
1º.-
Se elevará un monumento de mármol en el lugar de panteón a donde se
trasladen sus preciosos restos, sirviéndole de inscripción el presente
decreto.
2º.-
Se erigirá en el atrio del palacio de Gobierno una estatua que
represente a don Diego Portales con la inscripción siguiente: "Erigida
por decreto del congreso nacional de Chile en honor de don Diego
Portales".
FERNANDO URÍZAR GARFIAS
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